lunes, 31 de diciembre de 2012

MUCHO CON POCO

Ella tenía veintiséis y yo veintinueve, no hacía tanto que nos habíamos casado, pero según nuestros planes ya teníamos dos hijitos, una nena de unos dos años y algo y un nene de uno y pico.

Nos encontrábamos viviendo en una ciudad desde hacía poco tiempo o sea que no conocíamos a casi nadie. Situación algo difícil para aquéllos tiempos y con esa edad.

Aun así que por cuestiones de trabajo no podríamos ir a pasar las Fiestas de Navidad con nuestra familia.Tendríamos que quedarnos.

A su vez era poco el dinero que disponíamos.A nuestros hijitos pudimos comprarles unos juguetes, un camión y una muñeca.


No había ninguna razón para quejarse. Recuerdo las imágenes, sentados frente a frente en la mesa y a los costados nuestros dos hijitos, los que hoy tienen casi cuarenta y casi treinta y nueve. En medio nuestro había demasiado para festejar, ya que además de la botella de sidra y el pan dulce que pudimos comprar, estábamos nosotros y mucha alegría.


En esa ocasión fue cuando hablando de ventana a ventana nos hicimos los primeros amigos en el lugar; un matrimonio con dos hijos que estaba en una situación muy similar , ya que no eran del pueblo y habían ido a radicarse por cuestiones de trabajo. Nunca olvidaremos los paseos que con ellos hacíamos los fines de semana. 


5 comentarios:

maria cristina dijo...

El comienzo de otra historia en capítulos que nos tendrá interesados como la de Gregorio? Bueno, que venga nomás, muy buen 2013, Lao!!!!!!

Abuela Ciber dijo...

Tal cual lo dices, mucho con poco.
Recuerdo mis dias en que desarmabamos y pintabamos a nuevo la bicicleta del hijo mayor para regalarse al siguiente, y que pensara que era nueva.
Ahora.....mi prole no vive esos momentos,¡ que lastima!

Cariños

magu dijo...

LAO
^¿Y qué fue de aquellos vecinos ?, ¿le has escrito ?
un beso, lindos recuerdos de familia (la verdadera riqueza: el amor).

Fiaris dijo...

Que lindos recuerdos aquellos de las máquinas con rollo,gracias por estos relatos.
abrazo

Neus dijo...

Leyéndote me siento a veces parte de tu familia, Lao, es estupendo. Muchas gracias.