Jugaron contentos en el fondo muy entusiasmados.
Todo bien, todo en orden.Los mayores muy dicharacheros pasábamos un buen rato.
En un momento nos despertó de la conversación, el hecho de querer ver que era lo que estaban haciendo los chicos.
Habían preparado una fogatita que no se como se ingeniaron para armar y poder encender.
Baaasta chiiicos dejen eso que se van a queeemar, dijeron las mamás en apariencia asumiendo un papel muy controlador. Y los padres, muy padres, respaldamos la actitud de las mismas, Pero la realidad es que estábamos en nuestros debates o posiblemente algún chusmerío de vaya a saber que.
Todo en orden, todo bien.
Volvimos luego a casa a organizar la cena y esas cosas...
Mi hijo mayor, aun pequeño y menor que sus primos, estaba medio callado...algo así como conmocionado. Hasta que de pronto se largó a llorar con desconsuelo y exclamando, con mezcla de enojo e incomprensión....¡¿porque quemaron al bichito?!...¿porqué lo quemaron?....
Ese día solamente el sueño lo pudo conformar........