viernes, 30 de octubre de 2009

INSOMNIO

En la mas tierna infancia me tapaba la cabeza con las sábanas y escuchaba musiquita con uno de esos cositos que tienen unos palitos metálicos, que al girar hacen sonar una especie de tecladito. Lo había sacado de una cajita de música que se había roto.
Tambien me acuerdo que escondido en ese mismo refugio olía un frasquito que tenía vestigios de un perfume que a mi me gustaba.
Otras veces jugaba con los dedos de las manos, imaginando que eran tipitos que conversaban...hasta que me quedaba dormido.

Ni que hablar, si osaba destaparme y mirar al mundo exterior. En las sombras de la noche veia dibujarse caras y monstruos que me asustaban.

Así como así...les puedo asegurar...que siendo un poco mas grande, vi sentado en el borde de la cama, un diablo que me miraba y se reia. Me volví a tapar del susto. Y, cuando asomé la cabeza otra vez...allí estaba, observándome y riéndose de mi...

Misterios que se fueron de la mano con los años...

Una vez, siendo muy chico. Me levanté dormido y me fui caminando...Saben que?
Aparecí adentro de un placard de otra habitación. Me desperté sin entender nada,
cuando me encontraron.

Ustedes me creen?...yo si. Supongo que a muchos nos habrán pasado cosas parecidas.



En nuestro caso, sucedía que nos mandaban a la cama como las gallinas. Es decir cuando se ocultaba el sol. Entonces te costaba dormirte enseguida, tenías un rato despierto. Ahí es que la imaginación trabajaba un tiempo extra. Mi mamá se había criado en el campo, se acostaba cuando el Astro se iba a dormir y se levantaba con el canto del gallo. Y así nos ocurrió a nosotros en consecuencia.
En realidad hoy, los chicos, suelen dormirse a cualquier hora e igualmente para levantarse. Y sabemos que ésto se traslada a otros aspectos del vivir, el rendimiento, la convivencia, el humor y muchas cosas. Ustedes sabrán por ejemplo, que hay una relación directa entre la hostilidad y el mal dormir. Además no se trata solamente de cantidad de horas que duermas, sino de como las duermas...
Y los chicos hoy tienen otros miedos diferentes o tal vez peores. Pero siguen sintiendo como niños. Se despiertan con sobresaltos y tienen sueños feos. Muchos no tienen quien los abrace en esas situaciones, o les lea un cuento, o les enseñe a rezar antes de dormirse. Posiblemente a algunos les cierren la puerta sin decirle "agua va" y a otros les digan..."¡bueno, callate y dormite de una vez , querés!". Habrá algun otro que mire para los costados o estire las manitos buscando sentir a alguien cerca sin lograrlo. No quedándole otra que fabricar sueños y fantasías con que entretener su tierna cabecita...

viernes, 23 de octubre de 2009

DECIRES

Ya lo había dicho pero, el hecho es que mi papá a cada uno de los hermanos que terminábamos la escuela primaria, -doce trece años- nos regalaba un diccionario. Y cada vez que alguno no entendía una palabra, nos decía..."mirá el diccionario...mirá el diccionario". Había sido periodista y tenía un gran amor por la lectura y era practicamente un autodidacta. No le gustaba para nada cuando alguien publicamente utilizaba mal una palabra o decía algo sin saber. Escribió cuentos, poesías y también confeccionaba crucigramas para ser publicados. Entre otras cosas también, fué el fundador del primer periódico del pueblo en que vivíamos.

Así fue que recibí algunas de sus silenciosas enseñanzas junto con las mismas inclinaciones. Sin soberbia reconozco que cuando digo algo me gusta tener fundamento y utilizar la palabra correcta. Entonces cuando dudo "recurro al mataburro" y consulto los significados; se me hizo un hábito muy incorporado que agradezco. Asimismo, ocurre que el idioma español a su vez, es tan rico y amplio, que creo, nunca terminaré de conocer, y, porqué no, cometeré nuevos o viejos errores.

Además, cuando decís algo, tiene que ser algo que valga la pena y, por mas aburrido que pueda parecer, sea constructivo. Eso es, debido a un profundo respeto al ser humano.


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Ya que estamos le cuento al que quiere saberlo que además de las inclinaciones que mencioné tenía mi viejo; también a mi abuelo, bisabuelo y tartarabuelo, les pasó lo mismo, les resultaba natural y fácil escribir y tenían aptitudes
artísticas.

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Entonces en mí, resultó muy natural escribir desde muy chico. Realmente, me costó menos que hablar. Y eso que cuando me siento cómodo...parloteo sin parar.

Pero, reconozcamos entonces, que cuando se abre la boca hay que hacerlo con fundamento y sabiendo lo que se dice. ¡Que responsabilidad!

Todo ésto que digo, y el "mataburro", me han desarrollado una curiosidad insaciable. Y cada vez que aprendo, me sirve también para recordar lo que no se...y...entonces dale que dale sigo buscando respuestas y significados. TODO ESO SIN OLVIDARME DE VIVIR, PARA NO CONVERTIRME EN UNA CABEZA CON PATAS.

viernes, 16 de octubre de 2009

HABAS

Éramos todos tan chicos, no me acuerdo hasta cual de mis hermanos había nacido; ya que llegamos a diez en total. Todas las cabecitas se asomaban en la camioneta rastrojera con acoplado. Manejaba mi viejo y junto a él mi mamá. Estábamos en el mar y quizo atravesar la parte baja de los médanos para llegar a la playa, pero ahí nomás quedó encajada.
Enseguida apareció una cuadrilla de hombres que estaba como esperando, equipados con palas, sogas y otras cosas. Por unos pesos y sin mucho esfuerzo nos sacaron. Nos fuimos y ellos quedaron esperando al siguiente auto que le sucediera lo mismo. Se ocupaban de hacer una gauchada, como decimos en Argentina. Lo cual significa dar una mano sin interés de retribución (¿?).


Hace unos años se quedó un automóvil frente a casa, que está implantada sobre una transitada avenida. Se le había pinchado una goma y el conductor no sabía solucionarlo. Era de noche, estaba asustado y nervioso. Estaba medio sacado de los nervios y miedos. Le dije que no se preocupara y le solucioné el problema. Entonces el hombre me ofreció "oro y plaata" por decirlo así, o algun favor en el ministerio en el que él es funcionario importante. Le contesté que me iba a olvidar su nombre; entonces me dió su tarjeta y le contesté irónicamente que la iba a perder. Como diciendo que yo lo ayudaba solamente porque quería hacerlo.


Otra vez andando por la ruta solitaria a mi automóvil se le soltó el caño de escape y pasó un camión de alambradores...¿muchachos me darían un pedazo de alambre que se me soltó el escape?
Allí nomas y sin esperar nada de mí, me dieron lo que necesitaba y pude solucionar un serio problema.
La gente de trabajo, buena y sencilla, siempre es así...da y no espera. Tiene lindo sabor eso.


La buena gente existe en todas partes del mundo y no es ruidosa. La gauchada existe en Argentina. El argentino es como cualquier humano. Solamente que en cualquier lugar habemos de todo...ya que en todos lados se cuecen habas...


























viernes, 9 de octubre de 2009

UN ANGEL DEL CIELO

Desde la primera infancia, cuando dabas los primeros pasos y empezabas a hablar; se iba dibujando un grupo de señoras que iban de visita a tu casa, o que, eventualmente encontrabas junto a tu madre en la calle. Parecía como que te iban haciendo diferentes preguntas o pruebas, seguramente muy bien intencionadas. Empezaron a preguntarme ¿a quien querés mas? , ¿a tu mamá o a tu papá?. Reconozco que ese cuestionamiento me embretaba, me ponía en conflicto, me parecía tonta y no les contestaba. Luego vino la etapa de "que lindo nene" a ver, "decí un versito...dale...dale...decí un versitoo" y...en forma forzosa y con gran vergüenza...estaban los clásicos de..."todos los patitos se fueron a bañar" y "los zapatitos me aprietan" que los recitaba tapándome la cara o sentado en la hamaca, como para liberar tensiones. Mas adelante con un temperamento algo sanamente rebelde como el mío, llegó el ineludible cuestionamiento que te hacían de..."¿que vas a ser cuando seas grande?" y, en mi caso, a partir de allí, se despatarró todo y me caí un poco del cielo de la infancia, ese sublime refugio que, no tiene que ser muy invadido, ya que el desarrollo de la personalidad tiene mucho que ver con todo eso.
Lo reconozco, en mi caso me molestaban esas preguntas, ante las que me sentía un poco acelerado por esas señoras, tal vez muy buenas, pero algo inquisidoras. Necesitaba calor de infancia, tiempo de disfrute y no apremios, que a pesar de mi corta edad, sentía innecesarios. A tal punto me confundió, que durante muchos años, crecí creyendo que iba a ser cura, y si no lo era, mi conciencia me decía que era algo así como una "alta traición a mi destino". A mi madre, le cerraba muy bien esa idea.Ella de joven, había estado en un convento pero no llegó a consagrarse. A mi padre en cambio, sin necesidad de hablar mucho, lo entusiasmaba la alternativa de que llegase a ser, abogado, ingeniero o algo así.El, por impedimentos que creo reales, no había podido terminar el secundario pero era un asiduo lector, pensante y creativo.Desde luego que los dos estarían guiados por el afecto y sanos deseos para mi persona.


El hecho concreto es que había en el ambiente de mi generación "tres tipos de tipo". Los que estaban convencidos de que un ángel había venido del cielo y los había elegido para una misión. Los que optaban por ser lo que les dijeron que tenían que ser, desde luego, financiados por los progenitores o algún familiar. Y los que hacían de su vida "lo que se le cantaba la regalada gana"



¿Que es la vocación entonces?. Cuando ves por ejemplo a un ladrillero trabajando bajo el sol. Te preguntás si el no tiene vocación o si está excluido de ese grupo de elegidos.



También apareció este asunto moderno de la orientación vocacional. Ideal para los dudosos o los "hipocondríacos del saber".



Felizmente he sido laburante, activo y creativo como mi viejo durante toda mi vida, como lo sigo siendo. Y, a costa del margen de error a lo que estamos expuestos los que buscamos un camino de libertad, han sido mucho mayores en mi vida, los aciertos. He trabajado y estudiado, lo que quice y pude y lo que quiero y puedo, de acuerdo a las posibilidades reales y humildes capacidades, a costa de mi trabajo/bolsillo; aunque muchas las tuve que desarrollar con mi personal esfuerzo. Siendo consecuente conmigo mismo, coherente con las circunstancias y desafíos que la vida te va presentando. PRECISAMENTE ESA ES LA VOCACION DEL HUMANO; LOGRAR TENER LA SERENA CONVICCION DE HABER PUESTO TODO DE SÍ MISMO Y SEGUIR HACIÉNDOLO.



Hablando hace un tiempo con una de mis maravillosas hijas, la mayor en este caso; le decía..."desde nuestro lugar, haciendo lo nuestro, todos podemos cambiar la historia...y si sentís que lo hiciste, has vivido"

viernes, 2 de octubre de 2009

LIBERTÈ

Tengo alguna foto de mi papá, de cuando era un chico, en la que aparece con pantalones cortos y con traje de marinero. Era la usanza, ya que había muchos vestidos así. No habían cuestionamientos, ni rebeldías en apariencia, por lo que él reflejaba. Contaba con orgullo que al cumplir los dieciocho, comenzó a usar pantalón largo y su padre le entregó la llave de la casa; lo cual significaba, nada mas ni nada menos que "a partir de ahora podés hacer lo que quieras". Era, a diferencia de las mujeres, que quedaban "guardadas" esperando un marido, después de haber sido presentadas en sociedad cuando cumplían los quince.Pero a ellas no parecía molestarles: Corrían los tiempos de la canción que decía "yo soy la viudita del barrio del rey,me quiero casar y no se con quien.-contestaba el monarca-: Con una señorita de este lugar.Con esta si con esta no, con esta señorita me caso yo...que sepa coser...que separ bordar...que sepa abrir la puerta para ir a jugar" (¿!).


Cuando los hombres eran largados a la calle, también en mis tiempos se acostumbrada a decir que "la escuela de la vida les va a enseñar", que" a los golpes se aprende",y que" se haga hombre".Alli es donde, en honor a la verdad, se despatarraba todo.

A mi me tocó algo parecido pero distinto.Mi hermano y yo usábamos trajes iguales con pantalón corto. De pronto nos cortaban el pelo al ras quedando con la bocha pelada y sin ninguna explicación (no existían los piojos). Esas cosas y otras obligadas "así sin mas nomás". Me acuerdo que me daba un poco de bronca, pero "ni ahí" de protestar.No te lo permitían.

Mi querido viejo cuando egresé del secundario (dieciocho de edad) me dijo al salir del festejo." Bueno hijo, hoy podés salir a donde quieras y volver a la hora que quieras"; tal vez era un tributo a sus propios dieciocho años cuando recibió la llave, junto a los pantalones largos. Pero lo que sí, para ese entonces, yo hacia años que salía y volvía a donde y cuando quería, sin dar explicaciones. Tal vez no lo sabría o se hacía el que no.Aclaro que cuando salía, estaba munido de una contención interior, que controlaba mi conducta; que seguramente me la han inculcado de algún modo que yo no notaba.

En los sesenta aparecieron los llamados melenudos, libertad sexual, la canilla libre para todo. La policía atrapaba a los pelilargos como si fueran delincuentes.

A mis dos hermanas un poquito mayores les tocó vestirse iguales cuando eran chicas, soleras de tela escocesa, como uniformadas.... y otras ropas.

En los sesenta las mujeres por ejemplo comenzaron a fumar y a putear como antes no lo hubieran hecho jamás.




Ultimamente, muchos criados en aquéllos tiempos, arrastraron consigo una inseguridad para educar y transmitieron en sí mismos un "no saber como" y se fueron al otro extremo. Pensaron que lo que habían recibido era malo, siendo que tal vez no era para tanto.
Los que siguen ahora,están invadidos por el miedo a equivocarse y no confían en sí mismos; como que les falta convicciones. Cometen errores en pos de la liberté.



A esa estatua de la mujer con la antorcha hacia arriba se le debe estar cansando el brazo...