jueves, 17 de noviembre de 2011

CLIMA

Hace un tiempo salí por la calle caminando para realizar algunas cosillas varias. Me encontraba en mi mejor estado de ánimo. O sea, así como te lo digo. La Paz del Alma estaba en mí. No eufórico, sino contento; no desbordado, sino en equilibrio.


A su vez era un hermoso día en  todos los aspectos que acostumbramos, creo que muchos, a fijarnos. Sol, árboles resplandecientes de vida, vientito suave, buena temperatura, cantos de pajaritos, etc.


Al encontrarme en la parada del colectivo, que es lo mejor que hay cuando tenés que ir al centro, siempre que no haya que esperar demasiado. Había otra persona callada. Y con mi temperamento, es como que me sale compartir pequeñas cosas, a riesgo de equivocarme si es necesario. Suelo sondear al otro, y le converso si hay quorum. Es un modo de decir.


Miré a esta persona y le dije con buen talante  ¡que dia! ¿no le parece? Como queriendo expresar que era hermoso en el sentido en que te lo dije arriba.






Pero mi interlocutor presunto, se ve que estaba con un estado de ánimo diferente al mío. Entró al diálogo en seguida y me respondió. ¡Si! ¡que dia que tenemos hoy! ¡ con lo que está pasando en los Gobiernos y las crisis financieras!. Todo eso me lo decía sacado de si mismo y enojado, no se con quien, pero enojado al fin.


O sea que, estábamos en órbitas diferentes. Yo le quería decir ¡que lindo dia!. Pero el -como se acostumbra a decir- "lo agarró para el lado de los tomates"






Me quedé muy tranquilo "silbando bajito" y esperando el colectivo. Y, eso si, dentro de mi Paz .

miércoles, 9 de noviembre de 2011

ABRIR LOS OJOS

El asunto esencial, es abrir bien los ojos para conocernos entre nosotros. Estamos llenos de preconceptos. La tendencia es sacar conclusiones unos de los otros guiándonos por falsas imágenes.
La pregunta es ¿que hay detrás de la fachada?

Cuando iba a la escuela secundaria, estando en los 17 años, había uno de los compañeros, llamado Carlos que acostumbraba a estar aislado y no tenía amistad con nadie.

Como le iba muy mal en las notas y siempre estaba embroncado, ello me despertó gran curiosidad, ya que además de todo eso, éramos vecinos. Resultó para mi ser un desafío el hecho de tener que ganarme su amistad. Pero a pesar de los distintos intentos, siempre me salía con un mal modo o alguna agresión de mal gusto. A pesar de que, incluso había tratado de ayudarlo en las materias sin humillarlo, prestándole algún cuaderno y esas cosas.

Tanto fue su actitud de rechazo que opté por "cerrarle la puerta".  "Nunca mas", pensé y lo borré de mis proyectos . Llegué a la conclusión de que se trataba de un mal tipo y chau que te vaya bien.



Transcurrió un cierto tiempo hasta que un  día nos cruzamos por la calle del barrio. Como iba manejando me invitó a subir al automovil y lo acepté. Y ya andando,cambió la cara por decirlo así, y se puso a charlar con mucho entusiasmo. 
Obviamente, yo lo escuchaba con cierta desconfianza pero, como dicen que las segundas oportunidades son convenientes, fui amistoso en consecuencia.


A cierto punto de la conversación se quedó callado y serio. Y de pronto me soprendió y cambió mis esquemas, PÍDIENDOME DISCULPAS por los modos con que había actuado y  me confió que tenía una seria enfermedad en la glándula tiroides que le afectaba el sistema nervioso.

Le crei porque fue un buen gesto de humildad y eso lo  explicaba todo. Además de ello, me  di cuenta que, como agravante, la misma situación le había bajado la autoestima.

Así nació un amigo.

martes, 1 de noviembre de 2011

MUY ORDINARIA

Esta es una NARRACIÓN ORDINARIA. Tan ordinaria que la suelo ver muy de cerca y muy seguido.
Mientras estaba en la calle caminando, veo pasar a dos patrulleros policiales a "todo trapo", o sea velózmente.
Lo que mas me impresiona es la falta de asombro, ya que no suele causar el revuelo que antes provocaba. Ya que cuando muchos éramos pequeños, el sonido de la sirena era novedad y causaba mucho susto. En cambio hoy, a  uno suele producirle algo así como un escalofrío que así como viene se va. La duda que me queda, es que si se va o se suma.


Luego pongo en marcha la camioneta y sigo viaje, a esa altura, olvidado de los patrulleros. Hasta que, a las pocas cuadras tuve que  disminuir la marcha, poner baliza. A cierta distancia se veía que se había armado un tole tole y el tránsito estaba cortado.
Alli estaban otra vez los patrulleros y un montón de gente agolpada hablando agitadamente. Enseguida me topé entonces con los vecinos muy nerviosos, un automóvil chocado, una motocicleta retorcida por el impacto y un joven fallecido.


Así nomás, muerto como si tal cosa.


Al día siguiente no figuraba en los diarios de este accidente. Se hablaba si,de otros muy parecidos, dos en total. Me quedé pensando entonces de que habrán habido otros mas de los que tal vez tampoco se supo.............