viernes, 25 de septiembre de 2009

TRAMPAS

El asunto es que era muy raro que nos regalasen plata, y, cuando sucedía era un acontecimiento. Porque generalmente no lo esperábamos, mas bien soñábamos con otras cosas. Sería por eso que no nos costaba creer en los Reyes Magos.

Una vez ocurrió que en mi casa, un asado con los amigos de mi viejo. Corría la bebida. Formaron mesas de juego de cartas y corría también el dinero de las apuestas. A los chicos nos ofrecían participar de algo así como secretarios y les daban jugosas propinas. Como que tener un chico en la mesa les traia suerte (¿?). Yo sentí algo raro y no quice participar.

Desde entonces, observaba que jugar por plata pone nerviosa a la gente. Sobre todo en familia, donde se genera un malestar.

Hoy por hoy a los pibes se les da plata por cualquier cosa y hasta se lo motiva con ella. Se negocia con ellos..."te doy tanto si tal cosa"; o se los adorna por cualquier motivo, a veces porque sí, a veces para sacárselos de encima..."andá comprate esto o aquello". Obviamente la pantallita ofrece cosas cosas y mas cosas y les hace sentir que, si no las tenés estás afuera. Hasta en la Escuela los hace verse como excluidos del sistema si sus padres no le compran un montón de baratijas. Entre ellos están tambien muy acostumbrados a comercializar.
Todo esto es malo? Yo digo que el núcleo de la educación es aprender a ser libre, sino no sirve para nada...

Las corridas y el miedo al fracaso desarrollado desde la infancia, genera ataduras que interiormente ocasionan lo compulsivo y el deseo de comprar y comprar, sin nunca llegar a conformarse, genera violencia por esa misma insatisfacción. Y el sistema ofrece trampas.

Un vendedor entrenado te recibe con una amplia sonrisa, con una especial técnica de seducción que atrapa a personas apresuradas e insatisfechas que no quieren "perderse de algo". Te hace firmar un contrato que en una parte tiene unas letras muy chiquitas que no alcanzas a leer, ni te esfuerzas en ello. Ahí "cayó el chivo en el lazo".

Otro refinamiento mas actual son los ofrecimientos por teléfono. El telemarketer te resalta las bondades atrayentes de la oferta en forma enfática y pausada; cuando de pronto, sin que vos te des cuenta o quieras enterarte porque estás programado para caer, te dice otras cosas tan ligero que no alcanzás a entender. Total ya estás atrapado y, en "menos que canta un gallo" hacés la compra para "no perderte la oferta", "antes que se termine" (¿?)

viernes, 18 de septiembre de 2009

ILUSIONARSE

Quien no prometió alguna vez y no cumplió? a quien no le prometieron algo y lo dejaron esperando!
A una hermana menor, a los cinco años mas o menos, un tío -su padrino- le dijo que le iba a regalar una muñeca considerada super en ese entonces. Nunca se la llevó.
Otro tío, cuando tenía diez, me preguntó si me gustaba la fotografía y me dijo entonces que me regalaría una cámara. Era algo así de importante como regalarte una lancha o mas. Me quedé esperando durante muchos años, hasta asumir que nunca la tendría.
Un nenito pobre, que conozco. Todavía está esperando la bici que un conocido dijo que le llevaría.


En realidad, los chicos quieren hoy y ya. Eso es natural, instintivo.Quieren asegurarse y hacer realidad las posibilidades que se les presentan. Un impulso interior les dice que tienen que poseer el "tesoro" que anhelan. Si me pongo a pensar, desfilan por mi mente, cantidades de cosas o hechos frustrados que me quedé esperando. Pero cual es el mayor desconsuelo que permanece con los años? el no tener el objeto esperado o la promesa incumplida? Estoy seguro que lo último es lo que mas duele y desconcierta, deja un vacío dificil de llenar, dificil de entender.


Muchas veces se prometen cosas que para un chico, hubiera sido mejor no esperarlas, dejándolas en el mundo de la fantasía. Ellos en general saben diferenciar mejor que nosotros, suelen ser realistas. Diferencian lo potencial de lo real. Pero así y todo, cuando se les promete, se lo toman en serio y sufren entonces.


Uno se pregunta cuales son las verdaderas razones de una promesa. Adquirir poder como en la política? Afirmar la imagen? Ganar afecto? Competir?
Misterioso, laberíntico, intrincado e indescifrable es el humano.



Hay un chiquito, hijo de un conocido, de diez años, que se me pega cuando me ve y me conversa y hace preguntas...Espontaneamente sacó algo que tenía guardado en su interior. Era que alguien le había prometido llevarlo a pescar y no lo cumplió. Con mucha agudeza me preguntó "porqué te prometen y no te cumplen?"; arriesgando una hipótesis antes que le contestara, diciendo...
"te mienten?". QUE IMPORTANTE PARA LA HISTORIA DE UN NIÑO, ES DARLE UNA RESPUESTA ADECUADA y no apresurada, como queriendo sacárselo de encima. Y, peor aún es agregarle una promesa apresurada arriba de la otra diciéndole, "no te preocupes que yo te llevo". Reflexioné entonces antes de hablar y le dije "muchas veces las personas prometen cosas a los chicos y no las cumplen. Eso no se debe hacer, es malo. Pero mayormente se promete con buena intención, con un deseo de hacerte feliz. En realidad ante de prometer hay que pensarlo muy bien". "Es preferible ir a pescar cuando se puede, sin anunciarlo demasiado". Se quedó conforme y luego hablamos de otras cositas secundarias.



Amigo, elaborá vos si querés, tu propia moraleja sobre este asunto. Por mi parte pienso que las pequeñas cosas construyen o destruyen en la cabecita o corazón de un chico. No bastan las buenas intenciones, si es que lo son. Y si no lo son...no abramos la boca sin estar seguros.



viernes, 11 de septiembre de 2009

BARRO Y PAJA

Quien de nosotros no se conmovió alguna vez observando al hornero. Ese pajarito sencillo, que en forma muy dedicada junta con su pico, paja y barro. Prepara una masa con ello y va armando meticulosamente su nido. Los niños lo considerábamos un acontecimiento, y, no tengo dudas de que lo es. Poco a poco, día a día, muy bien agarrada a la cruz que formaban los postes de la luz eléctrica, o en una tranquera, o en un fuerte árbol, allí queda su casa instalada, donde pronto nacerán sus pichones, donde estarán bien protegidos.

No he investigado, pero estoy casi seguro, que así salió la idea del ADOBE y sus consecuencias. El RANCHO CHORIZO, abrigado con el frío y fresco con el calor. El HORNO DE BARRO, utilizado en diferentes países, e insuperable en ciertos aspectos, para cocinar un buen pan, unas empanadas, un lechón y otras cosas; con muy poco fuego, levanta calorías en pocos minutos. Todas estas obras de arte, con muy poco mantenimiento, duran años y años...son eternas, si el que los usa lo desea.

Les cuento que cuando era muy chiquito, en la puerta vaivén que había en la galería del fondo de mi casa, me quedaba sentado en el suelo por mucho rato y jugaba con un hornerito tirándole migas de pan y éste se acercaba hasta llegar al lado mío. Durante muchas mañanas repetía el mismo ritual y varias veces no le llevaba pan; pero se quedaba ahí hasta que yo me fuera. Yo no sé si se quedaba esperando para comer, probablemente sí. Pero los niños son simples y eso era el cielo.

Una vez íbamos con mi esposa y los chicos caminando por una plaza llena de palomas, las que suelen seguirte por si les das algo de comer, tienen ese hábito. Uno de mis hijos, que creo tenía unos dos años, entonces el mas chiquito, se les acercaba y ellas no huían y se dejaban tocar por él. Sublime es la simpleza de los niños y de las aves que tan bien los perciben...

viernes, 4 de septiembre de 2009

ADOBE

Ramona era buena, dulce, toda una madraza. Creo, que diariamente, limpiaba la casa donde vivíamos.
Goyo -así le decíamos- era su hijo; teníamos la misma edad, éramos chicos de unos doce años; jugábamos juntos. Me acuerdo que el hacía en casa pequeñas changuitas, como lustrar los zapatos de toda la familia y por sobre todo, algún trabajito de albañil. En ese tiempo, me limitaba a observar su trabajo y a aprender algo de lo que hacía.
Había entre los dos, una diferencia de situación, que mucho no comprendía.
Lo cierto es, que teníamos una tácita, pero real amistad o algo así. Nos conocíamos de niño a niño. Su persona quedó marcada en mí con el correr de los años. Ignoraba, que tambien yo llegué a ser importante para él. Entre nosotros no abundaban las palabras profundas...

Cierta vez, fue su cumpleaños y me invitaron. Mi memoria quedó impactada. Su casa era, lo que en Argentina llamamos RANCHO CHORIZO (son construidos con adobe, es decir, barro y paja amasados, como el nidito del hornero). Era cálido y con olorcito a rico; era la primera vez que entraba a alguno de éstos.
Allí estaba la buena Ramona, haciendo TORTAS FRITAS, algo tan típico como delicioso y simple.
Afuera estaban varios chicos del barrio, jugando y comiendo de esas tortas y tomando MATE COCIDO, que también es una de las costumbres tradicionales en nuestro país. Despues jugamos a la pelota, que también son raíces de muchos otros lugares.
Los gritos de fiesta y alegría, de un modo tan lindo como sencillo, quedaron vibrando en mis oidos; igualmente que el olor de las tortas fritas y tantos otros detalles...



Después de muchos años. Estaría orillando los cuarenta. Entre otras ocupaciones, teníamos un negocio con mi esposa, en el centro de la ciudad, en la misma casa que habitábamos.
En una ocasión entró a comprar algo un hombre de mi misma edad. Se plantó frente a mi, muy seguro de si mismo. Se dedicaba a la construcción, era Maestro Mayor de Obras e irradiaba una onda inconfundible, lo reconocí enseguida... ¡era GOYO!
La emoción fue grande por parte de los dos. Removimos en poco tiempo los recuerdos del pasado, allí mismo y bien guardados.
Nos abrazamos con pocas palabras, como había sido siempre nuestra modalidad, pero con mucha emoción. Se marchó con su vida y yo quedé con la mía... muy felices y reflexivos; sacudidos por la historia y la esencia tan dificil de explicar....