Era un pibe de unos 15 o 16 años. El gatito estaba subido a la punta de un alto pino que había en mi casa. Sus maullidos se escuchaban desde lejos. Yo los interpretaba como pedido de auxilio. En un arranque de imaginación superheroica trepé hasta arriba canchereando ante mis hermanos. Un poco haciendo alarde de que la vida del felino dependía de mi. En efecto, mi ego bastante desarrollado, sumado a la fantasía, me hizo creer que lo había salvado.
Hace pocos días, después de tantos años; trajimos una gatita para que se ocupara de ahuyentar o cazar a las lauchas, a cambio de caricias y esas cosas. Resultó ser muy vivaz y normal. Con el agregado detalle de que le encanta salirse de la casa y subirse a los árboles que hay en la vereda. Ya una vez "la rescató" mi hijo de 18 y en una segunda vuelta, haciendo gala de mis antecedentes, ya que mantuve bastante mi habilidad, trepé yo para "auxiliarla"; hasta que, en la tercera oportunidad. reflexionando un poco, la dejé en el árbol para ver que hacía. La muy felina me sorprendió al verla que después de "llorar" un tiempo, estirando las patitas delanteras se bajó sin ninguna dificultad.
Quedó demostrado. No hay tal héroe. La naturaleza provee a los gatos de la habilidad que necesitan.
Los humanos nos creemos necesarios cuando no lo somos. Hacemos cosas tontas e innecesarias, creyéndonos los salvadores...
lunes, 26 de abril de 2010
lunes, 19 de abril de 2010
FANTASÍAS
Había una vez un chico chiquito, que sentado en una piedra junto a un árbol comenzó a llorar sin aparente explicación, en silencio y con suspiros entrecortados.
Una de las lágrimas se echó a rodar por el asfalto hasta que cayó en una alcantarilla y se encontró con un mundo de ratones.
Éstos, muy alborotados, se sintieron en un primer momento algo invadidos; hasta que se animaron a preguntarle: ¿quien eres? ¿de dónde vienes?
--vengo de un niño triste.
¿un niño triste? ¿eso que es?, le dijeron ya sin temor
--un niño es un humano pequeño
¡eso ya lo sabemos! pero ¿que es triste?
--triste es como una fabriquita que nos produce a nosotras y nos echa a rodar, dijo la lágrima un poco sonrojada
¿y para que hacen eso?
--y tal vez para buscar sonrisas
¿sonrisas? ¿que son esas?
--son esas que a los chiquitos los hacen bailar de contentos...
Entonces...como un rayo los ratoncitos formaron una ronda gigante y comenzaron a bailar y saltar. Y con ello hicieron un paquete de alegría y se lo dieron a la lágrima para que pegase la vuelta y se lo llevara al chico chiquito y de ese modo, no llorase mas...
llevo conmigo adentro un niño que mira alrededor y no para de llorar. Tal vez las personas humanas superen algún día a los ratones...
Una de las lágrimas se echó a rodar por el asfalto hasta que cayó en una alcantarilla y se encontró con un mundo de ratones.
Éstos, muy alborotados, se sintieron en un primer momento algo invadidos; hasta que se animaron a preguntarle: ¿quien eres? ¿de dónde vienes?
--vengo de un niño triste.
¿un niño triste? ¿eso que es?, le dijeron ya sin temor
--un niño es un humano pequeño
¡eso ya lo sabemos! pero ¿que es triste?
--triste es como una fabriquita que nos produce a nosotras y nos echa a rodar, dijo la lágrima un poco sonrojada
¿y para que hacen eso?
--y tal vez para buscar sonrisas
¿sonrisas? ¿que son esas?
--son esas que a los chiquitos los hacen bailar de contentos...
Entonces...como un rayo los ratoncitos formaron una ronda gigante y comenzaron a bailar y saltar. Y con ello hicieron un paquete de alegría y se lo dieron a la lágrima para que pegase la vuelta y se lo llevara al chico chiquito y de ese modo, no llorase mas...
llevo conmigo adentro un niño que mira alrededor y no para de llorar. Tal vez las personas humanas superen algún día a los ratones...
lunes, 12 de abril de 2010
BEBITOS
Todavía recuerdo cuando compramos el moisés. Así se llamaban esas cunas de mimbre para poner a los bebés. Lo pinté y Adela lo adornó y equipó con simpleza. Lo tenemos bien guardado por si llega a necesitarse para otro nieto.
Las panzas eran enormes. La ecografía casi ni se conocía. Todavía algunos fantaseábamos con no querer saber el sexo hasta que naciera. ¿Qué cosa no?. Bueno a decir verdad, esa expectativa no nos hacía nada mal.
En esos tiempos estábamos entre los primeros en los que el hombre presenciaba el parto. Ella me lo pedía y se sentía mas segura.
Entonces pude ver nacer a mis hijos. Yo que apenas sentía las pataditas desde afuera; no podía imaginar la experiencia que estaba por vivir.
Somos tantos los que tenemos el privilegio de vivir una experiencia dificil de expresar con palabras.
Se entrecruzan y entrelazan recuerdos cada vez que estoy con uno de ellos, aún ya grandes. Los observo crecer y evolucionar, practicamente mudo en ese aspecto.-
Si se puede definir lo que es tener un hijo, ya desde antes de nacer y hasta siempre...es decir...que es tocar el cielo con las manos. Pese a las inevitables adversidades y efímeras diferencias. Proyectos, debates, emprendimientos y mas, mucho mas.
A pesar de haber perdido uno en el camino a los 24 años con un accidente en el traslado hacia el trabajo. En plena ebullición de ideas que realizar.
Sin embargo, a pesar de todo, creo que los momentos de felicidad, se llevan con los de tristeza, y que todo tendrá un porqué.
Aunque sea dificil de entender...un hijo es tocar el cielo y no hay experiencia que lo supere para los que tuvieron esa suerte...
Las panzas eran enormes. La ecografía casi ni se conocía. Todavía algunos fantaseábamos con no querer saber el sexo hasta que naciera. ¿Qué cosa no?. Bueno a decir verdad, esa expectativa no nos hacía nada mal.
En esos tiempos estábamos entre los primeros en los que el hombre presenciaba el parto. Ella me lo pedía y se sentía mas segura.
Entonces pude ver nacer a mis hijos. Yo que apenas sentía las pataditas desde afuera; no podía imaginar la experiencia que estaba por vivir.
Somos tantos los que tenemos el privilegio de vivir una experiencia dificil de expresar con palabras.
Se entrecruzan y entrelazan recuerdos cada vez que estoy con uno de ellos, aún ya grandes. Los observo crecer y evolucionar, practicamente mudo en ese aspecto.-
Si se puede definir lo que es tener un hijo, ya desde antes de nacer y hasta siempre...es decir...que es tocar el cielo con las manos. Pese a las inevitables adversidades y efímeras diferencias. Proyectos, debates, emprendimientos y mas, mucho mas.
A pesar de haber perdido uno en el camino a los 24 años con un accidente en el traslado hacia el trabajo. En plena ebullición de ideas que realizar.
Sin embargo, a pesar de todo, creo que los momentos de felicidad, se llevan con los de tristeza, y que todo tendrá un porqué.
Aunque sea dificil de entender...un hijo es tocar el cielo y no hay experiencia que lo supere para los que tuvieron esa suerte...
miércoles, 7 de abril de 2010
CON TODO RESPETO POR LA VIDA
Si alguno de ustedes piensa como yo, le sugiero ingresar a la siguiente página
www.contraelaborto.com.ar/manifiesto.asp
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