Hace quince años que la compramos. Si te digo todos los detalles que nos llevaron a ella, se haría muy largo de contar.
El hecho es que la vida nos llevó a ella. Una Kombi Volswagen modelo 1990, de esas que se ven en las películas de los años sesenta, algunas tienen flores pintadas.
Equipada como para camping. Llegamos a encariñarnos tanto como si fuera parte de la familia.
Si los vehículos tuvieran memoria, tendría grabadas un montón de historias muy divertidas donde toda la familia participó.
Idas de pesca, camping, paseos al mar o en medio del monte para compartir un asado y un partido de fútbol. Y etc, etc.
En ella estuvimos con todos los hijos. Hasta aquél que nos está mirando desde el Cielo.
Con el tiempo combinamos su función, utilizándola para trabajar trasladando mercaderia. También la utilizamos para hacer mudanzas de alguno de ellos o de amigos.
No teníamos idea de que algún día la tendríamos que vender. Pero, una cosa es cierta, las cosas materiales no deben enraizarse. Asimismo, nuestros hijos ya son grandes y muy excepcionalmnete haríamos un viaje con alguno de ellos.
Hace poquito tomamos la decisión de comprar una camioneta nueva adaptada a las necesidades de nosotros dos pero con algo de espacio por si eventualmente se agrega algún otro . Adela y yo hemos iniciado una nueva etapa. Es la de viajar y pasear todo lo que la vida nos de y en la medida de nuestras posibilidades.
Nuestros hijos y amigos nos dicen.....¿ya era hora no? . No es que no hayamos paseado solos, pero eso lo hacemos desde hace muy poco, desde que sabemos que se pueden cuidar a si mismos.
Acá estoy, acondicionando la Kombi para poder sacarle el mejor precio posible......
Pero la nota tragicómica es que, por ironía del destino, la VW se quedó encajonada entre los caños que sostienen el techo y la pared del lugar donde guardamos los autos.
Fue de no creer, ya que durante varios dias no la pude sacar hasta que tuve que cortar uno de los pilares de hierro con la amoladora. Así y todo tuve que hacer muchas maniobras y esfuerzo para conseguir sacarla de donde estaba.
Lo tomamos por el lado amable y nos reimos de la situación.
Me va a llevar un tiempo acondicionarla, esperemos que no se traiga otro truco entre manos para no irse de casa. Veremos con que se sale.
Es evidente que le cuesta cortar el cordón umbilical. Y a nosotros ni te cuento.
martes, 14 de febrero de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Qué manera de demostrarles su amor, Lao! Y qué buena idea la de disfrutar viajando por distintos lugares, los felicito de corazón, un abrazo.
LAO
Yo me encariño con las cosas materiales más insignificantes que te puedas imaginar, son como mis objetos transcicionales winnicotianos, o como mis fetiches
saludos nene
Me encanto visitarte y estar acá sentada tomando un jugo refresacante de fruta natural (pos supuesto no envasados), dado que el calo o....la calor, nos iene con este vientito Norte bastante pasaditos de temperatura, ja ja
Si estoy en agrado sumo conociendo estas viviencias de ti y Adela, que espero tengan hermosos atardeceresssss
Felices de estar unidos y en calma
Para los dos .....los mejores colores y sentires.
Cariños
Hola Lao:
Cuesta deshacerse de las cosas que, aunque materiales, se han hecho por el paso del tiempo y el uso, parte de nosotros.
Y, parece, por el comportamiento del vehículo antiguo, que las "sensaciones"son recíprocas.
Te mando un abrazo y un beso a Adela.
Buena historia! la verdad es que tendría que estar durmiendo pero no puede ser...vengo aquí y no puedo dejarme nada, me engancho y tampoco me quiero ir, así que me voy a la siguiente! :D
Publicar un comentario