El asunto es que era muy raro que nos regalasen plata, y, cuando sucedía era un acontecimiento. Porque generalmente no lo esperábamos, mas bien soñábamos con otras cosas. Sería por eso que no nos costaba creer en los Reyes Magos.
Una vez ocurrió que en mi casa, un asado con los amigos de mi viejo. Corría la bebida. Formaron mesas de juego de cartas y corría también el dinero de las apuestas. A los chicos nos ofrecían participar de algo así como secretarios y les daban jugosas propinas. Como que tener un chico en la mesa les traia suerte (¿?). Yo sentí algo raro y no quice participar.
Desde entonces, observaba que jugar por plata pone nerviosa a la gente. Sobre todo en familia, donde se genera un malestar.
Hoy por hoy a los pibes se les da plata por cualquier cosa y hasta se lo motiva con ella. Se negocia con ellos..."te doy tanto si tal cosa"; o se los adorna por cualquier motivo, a veces porque sí, a veces para sacárselos de encima..."andá comprate esto o aquello". Obviamente la pantallita ofrece cosas cosas y mas cosas y les hace sentir que, si no las tenés estás afuera. Hasta en la Escuela los hace verse como excluidos del sistema si sus padres no le compran un montón de baratijas. Entre ellos están tambien muy acostumbrados a comercializar.
Todo esto es malo? Yo digo que el núcleo de la educación es aprender a ser libre, sino no sirve para nada...
Las corridas y el miedo al fracaso desarrollado desde la infancia, genera ataduras que interiormente ocasionan lo compulsivo y el deseo de comprar y comprar, sin nunca llegar a conformarse, genera violencia por esa misma insatisfacción. Y el sistema ofrece trampas.
Un vendedor entrenado te recibe con una amplia sonrisa, con una especial técnica de seducción que atrapa a personas apresuradas e insatisfechas que no quieren "perderse de algo". Te hace firmar un contrato que en una parte tiene unas letras muy chiquitas que no alcanzas a leer, ni te esfuerzas en ello. Ahí "cayó el chivo en el lazo".
Otro refinamiento mas actual son los ofrecimientos por teléfono. El telemarketer te resalta las bondades atrayentes de la oferta en forma enfática y pausada; cuando de pronto, sin que vos te des cuenta o quieras enterarte porque estás programado para caer, te dice otras cosas tan ligero que no alcanzás a entender. Total ya estás atrapado y, en "menos que canta un gallo" hacés la compra para "no perderte la oferta", "antes que se termine" (¿?)
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11 comentarios:
Maginifica reflexión Lao, ¿y que pasará si en momentos dificiles hay que decirles NO alos niños cuando pidan mas y mas?, tal vez deberiamos recordar algunos sabios proverbios como : no es mas rico el que mas tiene si no el que menos necesita.
Un abrazo.
Fabia.
Lao vos sos medio psicólogo, sos asistente social creo, estás muy cerca, de la psico al explicar tan bien el proceso que empieza en la infancia y termina con un adulto insatisfecho que compra compra compra.
Y otra cosa , yo laburé 4 años casi de telemarketer en mi vida o 5 , por momentos me dió mucha guita, bueh no mucha pero en comparación a los suledos que se estaban pagando en otros laburos era muy buenos sueldos, porque las comisiones se sumaban a básicos dignos.
Ahora coincido que son un raza insoportable los telemarketers. yo no :( jaja
"hacés la compra para "no perderte la oferta", "antes que se termine" (¿?)
Qué bien mostrás esa situación.
Lleva haciendose un "estudio" desde hace 40 años, sobre cómo afecta el deseo y vencerlo con fuerza de voluntad. Se concluye por ahora que los menores que aprendieron a renunciar, a ser disciplinados, ante el impulso del consumo, son ahora mucho más felices y tienen mejores recursos emotivos para la vida en general.
Saludos.
PD: ayer pusieron en la TV1 nacional un reportage sobre la pobreza en Argentina, espeluznante realmente. La corrupción, la pareja presidencial, la riqueza de Argentina, el mal reparto de sus bienes...muy triste y "cuando las barbas del vecina veas quemar pon las tuyas a remojar".
Fabia. Creo que un no bien dicho y sereno, tiene menos riesgo que un sí apresurado. Si somos coherentes y justos, a la larga lo valorarán aunque algunas veces duela un poco. Un abrazo y muchas gracias por venir.
caro pé. Gracias por participar. Te contesto afirmativo a todas las cosas que decís. Ya que estamos te cuento que uno de mis hijos también fue telemarketer; eso me sirve entre otras cosas para comprenderlos cuando llaman y les decimos "yo ya sé que vos estás trabajando, pero blabla..."entonces nos dan la razón. Ellos son tan humanos como nosotros. Tal vez les sirva y los deje pensando
Gracias y muchos saludos.
belijerez. gracias por venir y opinar tan sueltamente. Que interesante lo del estudio. En realidad, habemos personas que venimos trabajando sobre ésto, con resultados desde hase mas o menos esos años.
El temaa de la pobreza y corrupción en Argentina es tan complejo como el de distintas clases de pobreza y corrupciones que hay en todos los puntos del planeta. Muchos se razgan las vestiduras ante imágenes que les venden o que quieren comprar. Te digo que la Argentina está muy llena de gente muy buena y que no es para tanto las imágenes que se muestran.Vivo de la realidad, a la que conozco en profundidad.
Lao,muy buenas tus reflexiones.Cuando hablás de los chicos observo en mi entorno actual,como invariablemente los niños que acompañan a mamá o papá en las compras INVARIABLEMENTE piden algo.Y la mayoría de los progenitores INVARIABLEMENTE,acceden.Luego,se genera la obligación de dar por dar,ya ni es premio al buen comportamiento o rendimiento escolar.Es una especie de I.F.A. (IMPUESTO FAMILIAR AGREGADO),hijo del consumo e hijo de nuestro consumismo.
Nuestro consumismo heredará la tierra,no nuestros hijos,ese es el mensaje que sopla en el viento.
Ser vendedor (comercial,se les llama aquí en España) puerta a puerta o por teléfono es una tarea ingrata sobre todo si el que trabaja en eso tiene un mínimo de conciencia.Del otro lado,del nuestro como consumidor (ya sea desaforado o racional),está el fastidio por esas llamaditas con ofertas alucinantes,del "ya ya,no se lo pierdaa!".Y muchos somos concientes de que detrás hay un laburante,es mas algunos estuvimos en ese lugar obligados a meterle cualquier pájaro dodó a quien se dignase a atendernos.
Yo solo estoy esperando aquello que decía Mafalda:Cuando la sociedad de consumo llegue a la saciedad de consumo,entonces qué!!
Un abrazo,Lao.
NUMAN. Muy buena tu reflesión,muchas
gracias por tu cooperqción.Un abrazo.
NUMAN. Disculpá los errores en las palabras. Te quiero agregar, que yo tengo una denominación para eso que hacen muchos padres, y es, "EDUCACION
DE BOLSILLO" .Meter la mano y dar plata, es mucho mas cómodo que asumir la responsabilidad de decir que no a un chico.
Cuando éramos chicos la única plata que quizás juntábamos era de algun cumpleaños, y nada mas. Nos daban lo justo y ni un peso mas.
Y hoy... habrá de todo, supongo. Mi madre, lectora empedernida, queriendo fomentar la lectura en sus nietos, les prometió $10 por libro leido.... 10$ , hace 15 años era una suma...y asi y todo, salvo con uno de los chicos, que era lector por gusto y sin zanahoria, no logró nada!
MIs hijos crecieron cuidando el peso, por la historia que nos tocó vivir, y creo que fue muy bueno, no gastan porque si ni compran por comprar, es como que hicieron propia la cultura de pensar antes de comprar por que si.
Pero supongoque cada familia debe ser un mundo especial.
Un beso
nadasepierde. Gracias por opinar. En mi caso mi papá, que en algunas cosas hablaba poco. Nos regaló un pequeño diccionario cuando terminábamos laa primaria; leía mucho pero nunca nos presionó...sin embargo todos salimos lectores. Asimismo con el dinero; solamente me acuerdo una vez, que fué muy divertido sacarle los bichos canasta a una planta, y por cada uno que juntábamos nos daba una moneda muy chiquita, pero fué tomado como un juego. Felizmente, me siento identificado con lo que decís. Nuestros hijos estudiaron y trabajaron y se van abriendo. Los apoyamos en lo necesario, sin hacer ruido y sin anular su dignidad y libertad. Creo que uno puede elegir un modo de enfocar. Un beso.
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