domingo, 1 de diciembre de 2013

VISITA EN EL CONVENTO

aporte juevero
ante propuesta de RHODEA BLASON














Es increible, pero ni bien leí la propuesta de nuestra amiga Rodhea, cruzaron por mi memoria distintas imágenes de nutridos recuerdos... 
Mi relato no tendrá que contener ni una pizca de fantasía, porque fui criado "entre curas y monjas" por decirlo de alguna manera; mi mamá por ejemplo fue novicia en espera de consagrarse, justo antes de conocerlo a mi viejo, lo que produjo que muy resuelta pegara un giro vocacional a tal punto, que muy convencidos se casaron pronto y tuvieron diez hijos en escalerita.......

Ella nos inculcó la Fe religiosa desde chicos en consecuencia y mantuvo sus vínculos personales en ese ámbito, por lo que llevados en patota hemos ido a visitar varias veces a diferentes conventos, como aquél que estaba implantado en la Cárcel de Mujeres o el de las Monjas Carmelitas de clausura, a las que les improvisamos una obra de teatro que ellas miraron divertidas a través de una reja.

Mas allá de los pro y los contra de éstos lazos y de mi postura personal ante el tema, no puedo negar que me divertí mucho y las monjitas nos trataron muy bien.

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Para cerrar bien este relato que daría para mucho mas, voy a ponerlo en review y decirles que en una ocasión siendo muy chicos, EL CONVENTO VINO A CASA ya  que ésta se llenó de éstos simpáticos "pingüinos" que no se bien porqué razón cayeron de visita... 
Me acuerdo claramente, que todas ellas cantaron y luego rezaron, nos llevaron galletitas, compartimos la merienda y nos divertimos en grande.......


                                     GRACIAS AMIGOS



                                     LAO PAUNERO

32 comentarios:

Fiaris dijo...

Nunca entre a un convento y pocas veces a una iglesia pero me hubiese gustado visgonear un poco más,abrazo buena semana.

Pluma Roja dijo...

Me gustó mucho este relato, me acuerdo de mi infancia y juventud, en mi casa siempre hubo sacerdotes y monjas fuimos educados dentro de una severa moral cristiana, y la verdad nunca me molestó. Visitábamos conventos al igual que tú y recibíamos la visita de monjitas y sacerdotes.

Te dejo un saludo cordial y cariñoso.

Hasta pronto Lao.

censurasigloXXI dijo...

Las primeras momjas que yo vi, con unos cuatro o cinco años, venían a pedir a las casas del barrio. Todavía no me he quitado el trauma de esas mostruosas cosas gordas y negras.

El relato muy entrañable, amigo. Yo me alegro de haber vivido todo lo contrario.

Cafelito y abrazo.

Juan L. Trujillo dijo...

Me temo que de este asunto poco puedo escribir y menos opinar.
No tengo mucho conocimiento de causa sobre el tema, por lo que mejor es callar.
Un abrazo.

maria cristina dijo...

Qué divertida manera de contar Lao! Me causó mucha gracia lo de los pingüinos, tan de moda por estos pagos desde hace unos años, y las imagino a las monjitas caminando con pasos cortitos y alados, cálido recuerdo, un abrazo!

magu dijo...

DON LAO:
Hermoso recuerdo de tu infancia, y de tu familia. Yo también recuerdo muchas cosas sobre ellos. En mi caso, la monja fue una tía abuela materna (hermana de mi abuelo materno) pero luego se hizo laica, pero mucho más papista que el PAPA. Tanto es así que dejaron en testamento ella y su otra hermana (mi madrina) la casona de VILLA URQUIZA a la PARROQUIA LA VIRGEN DEL CARMEN de la calle TRIUNVIRATO. Y donde estaba el terreno (terrenón) hicieron tres edificios (PORTEÑO 3) en DIAZ COLODRERO. Otra sobrina de papá (padrastro) cordobesa era monjita en CÓRDOBA, no recuerdo si en ALTA GRACIA y visitaba las cárceles, y era tan feliz como JULY ANDREWS en LA NOVICIA REBELDE. Trabajé en un colegio donde vivían monjitas, y en mi colegio JESÚS MARIA de Talcahuano también vivían muchas monjitas amorosas, que nos hacían formar un coro matinal en la capilla. Hay historias hermosas, milagrosas y piadosas de muchos conventos católicos, y aún siguen siendo un semillero de paz. Aunque a SANTA TERESITA y a SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ las trataron mal y ese desamor, dicen precipitaron sus muertes naturales, bue, nene un baci y DIO TI BENDICE

Tracy dijo...

Un relato lleno de ternura y bonitos recuerdos que son los mejores por transcurrir en la infancia.

Leonor dijo...

Te habrá resultado mi relato de lo más normal. Me alegra que los recuerdos que tienes de tu niñez y de esas monjitas sea bueno.

Un abrazo.

rhodeablason.blogspot.com dijo...

Me alegran tus maravillosos recuerdos de tu niñez. Has escrito un buen relato autobiográfico. Saludos y gracias por participar

Valaf dijo...

Cómo tiran de nuestros recuerdos ciertas vivencias. Muy tierno tu relato, LAO.

Un abrazo

Juan Carlos Celorio dijo...

Antes se tenía más contacto con monjas y monjes. Ahora es más escaso. Mi hija menor estuvo gritando, asustada "buja, buja" a la primera que vio, que por suerte no se dio cuenta de lo que quería decir.
Un abrazo, amigo.

YoSueño dijo...

Es un relato con mucho cariño, con las galletitas que las monjas la hacen muy ricas,yo aquí las he probados y son ricas ricas.UN ABRAZO
FELIZ DIA

emejota dijo...

Me ha encantado leer esta parte de tu biografía. Resulta tierna y dulce, al margen de todas las posibles contrapartidas de todos conocidas. Besos.

rosa_desastre dijo...

Renglones de niñez feliz, de tiempo compartido entre hermanos y enseñanzas religiosas. A algunos "pinguinos" no les cabe el corazón en el pecho.
Un beso

casss dijo...

Me resulta adorable tu historia personal. Lo que cuentas me resulta familiar en el sentido de haber tenido una tía monja, a quien quise mucho y hasta hoy me conmueve recordar sus convencimiento absoluto al hablar de su fe.
El amor todo lo puede y tus memorias, son una prueba más de ello.
Un fuerte abrazo

Natàlia Tàrraco dijo...

Mira por dónde, mi tía era monja, se crió en el convento huérfana y la apuntaron sin consulta, cosas de tiempos pasados, tiempos de guerra civil, y lo pasó muy mal la pobre, de nombre Natàlia y de monja Elisenda, mi padre me puso su nombre por más que él fuera de los rojos rojos.
Estuve un mes en colegio de monjas a los 5 años, mi padre me sacó inmediatamente porque asustaban, pellizcaban y castigaban encerrándome horas en un cuarto negro, !así que fuera!
Cada cual con sus recuerdos, los míos malos los tuyos entrañables y hermosos. Besito.

Montserrat Sala dijo...

Los recuerdos de la niñez, son los cimientos de nuestra personalidad.
Tu tienes unas vivencias realmente notables que te han hecho muy especial
no reniegues de ello.
un fuerte apretón de manos,amigo mio.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Una simpática experiencia la tuya; aunque hay otras personas que consideran la suya una mala experiencia. Como dice el refrán, todo depende del color del cristal donde se mire.
Un abrazo

Gaby* dijo...

Una linda evocación, recuerdos que nacieron gracias a la propuesta de Rhodea y que nos acercan más a tu historia. Me interesó mucho, el hecho de que tu madre haya sido novicia y el amor la hiciera cambiar de rumbo. Bueno ha sido, ya que por lo que cuentas, conformó una linda y nutrida familia... gracias a ello hoy te estamos leyendo!
Un beso amigo! Muy buen relato!
Gaby*

Fabián Madrid dijo...

Yo también me he criado entre religiosos y religiosas, tengo una tía monja... Como casi todo el mundo.
Un abrazo.

Cristina Piñar dijo...

Me ha gustado mucho que compartas con nosotros esos recuerdos tuyos de la niñez y que además sean buenos. Un beso.

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Hola Lao, en mi infancia no conocí a ninguna monja,pero sí al cura párroco porque en mi casa eran muy católicos.
En el hospital donde trabajaba habían religiosas, pero no me atraían para nada.
En 1972 conocí a las monjas de clausura Carmelitas Descalzas. así que Dios me llevó a su manera sin darme yo cuenta y en 1991 ingresé el la Orden, pero mi salud no resistió las bajas temperaturas y penitencias y me cambié a la Orden de Predicadores .
Las monjas solemos atender las visitas de niños al final de curso para que sepan cómo es nuestra vida.
Gracias por tu invitación.
Un abrazo
Sor.Cecilia

Unknown dijo...

Los recuerdos de la infancia se nos quedan marcados en la memoria y forman parte de nosotros y de nuestra forma de ser, el tuyo es muy divertido. Un saludo

Neogeminis Mónica Frau dijo...

esas sí que son anécdotas para animar un buen relato juevero, jejeje....Me ha gustado el detalle que tu madre haya sido novicia!...le da un toque de cercanía muy especial!
Un abrazo

Dorotea dijo...

Hola, Lao:
Me gustaría añadir algún recuerdo relacionado con monjas, pero la verdad es que siempre me parecieron algo tan lejano, apartado de la vida normal, y nunca tuve contacto con ninguna que llevara hábito, si con alguna querida amiga que lo colgó pero eso es otro tema.
Un abrazo

Toni dijo...

Tu mamá dejó el convento Lao, pero con diez hijos seguro que no echó en falta el bullicio de una colectividad.

Un abrazo!

San dijo...

Buenos recuerdos Lao. Yo tambien me eduque entre religiosas y la verdad, mis recuerdos son muy agradables, para nada trumáticos.
Un abrazo.

Unknown dijo...

No he sido mucho de religiones ni he tenido vivencias reales al respecto, pero percibo a traves de tu relato, una bonita etapa de tu vida.
Saludos

Ramfel.

Alfredo Cot dijo...

Curiosos recuerdos, que siguen de cerca y pegados en la memoria.
Genial aquella visita del convento a casa, con todo derroche de detalles.
Abrazos

Auxi Gonzalce dijo...

Unas monjitas encantadoras... y es que haberlas, haylas... ;)

rhodeablason.blogspot.com dijo...

Pásate por mi blog y tendrás un premio que te recordará mi primera convocatoria. Muchas gracias por participar

Anónimo dijo...

Tengo fé en las personas, independientemente de sus creencias religiosas. Por tanto, veo natural y lógico que haya monjas vocacionales, aunque no entienda muy bien la oración si no va ligada a una acción encaminada a conseguir un mundo mejor.
Un entrañable relato que me ha gustado mucho, Lao.
Un abrazo.