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--coordinación y propuesta
AUXI GONZÁLEZ
Esta Auxi me ha metido en un lío dándome como pie del relato una frase de Arturo Pérez Reverte, autor de "La Carta Esférica" una novela que se maneja en diferentes planos, la orientación estelar, la mujer misteriosa, el marino sin barco que navega por museos, bibliotecas y subastas en busca de su naufragio. Veamos que sale......... comienzo citando la frase y sigo......
"Podríamos llamarlo Ismael, pero en realidad se llamaba Coy"
No entraré en el terreno de la crítica literaria porque resultaría tedioso para un simple relato, además de que no soy el mas indicado para ello.... pero podría llamarse también Juan o Pedro, pero el que te escribe ahora se llama LAO y me encuentro soñando con un barco con tripulación y todo
desde que sueño despierto o desde que tengo memoria. Eso es, sin lugar a dudas porque todos necesitamos de un sueño predilecto, uno de cinco estrellas que sirva para guiar a los otras oníricas sensaciones, o fantasías que me hicieron liderar a otros chicos para jugar a que íbamos en un barco fantasma, equipado con todos los chiches deseables; con el cual fuimos a pescar peces grandes, encontrarnos con grandes tesoros, recuperando naufragios y hasta cazando ballenas. Ni hablar de las hermosas sirenas que se cruzaban en nuestro camino con sus dulces canciones, a las que al tratar de atraparlas se transformaban en demonios inenarrables. Y para que te cuento si te cuento la emoción que tuvimos cuando apareció el dios Neptuno que nos arrojó hacia la orilla de una isla casi sin pensarlo.
No entraré en el terreno de la crítica literaria porque resultaría tedioso para un simple relato, además de que no soy el mas indicado para ello.... pero podría llamarse también Juan o Pedro, pero el que te escribe ahora se llama LAO y me encuentro soñando con un barco con tripulación y todo
desde que sueño despierto o desde que tengo memoria. Eso es, sin lugar a dudas porque todos necesitamos de un sueño predilecto, uno de cinco estrellas que sirva para guiar a los otras oníricas sensaciones, o fantasías que me hicieron liderar a otros chicos para jugar a que íbamos en un barco fantasma, equipado con todos los chiches deseables; con el cual fuimos a pescar peces grandes, encontrarnos con grandes tesoros, recuperando naufragios y hasta cazando ballenas. Ni hablar de las hermosas sirenas que se cruzaban en nuestro camino con sus dulces canciones, a las que al tratar de atraparlas se transformaban en demonios inenarrables. Y para que te cuento si te cuento la emoción que tuvimos cuando apareció el dios Neptuno que nos arrojó hacia la orilla de una isla casi sin pensarlo.
En dicho territorio había un montón de personas y personajes reunidos donde organizaron un gran remate de cofres, timones, anclas, patas de palo, garfios, barcos hundidos, arpones, monedas de oro, catalejos, brújulas y cuanta cosa te podrías imaginar como apetecibles tesoros para personas como yo, o como esos chicos que iban conmigo en el viaje, a las que nunca obtendríamos con esfuerzo de nuestro bolsillo.
Como también había una enorme biblioteca de asuntos marítimos, luego de largo rato me desperté adentro de un libro en el cual se encontraba alguien que me dijo llamarse Ismael, Coy, Juan, Pedro o como yo quisiera nombrarlo; aunque en realidad se trataba de Arturo, el autor de "La Carta Esférica", ante el cual me presenté con toda confianza llamándolo por su nombre de pila diciéndole que era LAO, el que escribe Narraciones Ordinarias y que andaba por allí buscando algunas historias fantásticas para matar el tiempo o llenar papeles en blanco.
A esa altura éramos como viejos amigos y encendimos una gran hoguera en la playa bajo un cielo estrellado, salimos del libro y nos pasamos la noche conversando sobre las aventuras marinas de mi interlocutor y para no ser menos, de las hazañas mías también. Para decirte la verdad, hablar hablábamos lindo y elocuentes los dos, lo cual nos hizo pensar en que todo lo que decíamos que nos había sucedido era cierto. Habíamos sellado sin palabras explícitas, un acuerdo de hacer como que creíamos todas las historias que uno y otro contaba. Lo cual, como resultamos ser afines en nuestros gustos, eso fue lo que mas influyó en que ambos hiciéramos como que todo había sido verdadero. Creo que nunca en la vida me había dado una panzada tan satisfactoria de escuchar y ser oido. Hasta hubo momentos en los que los dos hablábamos al mismo tiempo movidos por el entusiasmo con los temas que tanto nos embargaban, aunque un poco de embriagaban también, ya que nos alcanzamos a bajar creo que dos o tres botellas de ron justificándonos en que "eramos viejos marinos" que no querían sufrir el frío del viento soplón....
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Una reflexión de Arturo que te voy a citar como homenaje, muy sencilla; pero como de lo simple salen las verdades... y es que textualmente dijo que "el mar es un recordatorio de que somos gotitas en un mar eterno y de que la cuestión es como navegas"
Gracias por leer amigos
Lao Paunero
18 comentarios:
Gracias por darnos algo que leer.
Muy bien escrito.
Tambien tengo sueños, que mis lecturas alimentan, como mis obsesiones.
Tú y Arturo, piratas a bordo de similares sueños, qué gozada, qué complicidad, qué viaje...Te felicito Lao por creerte y amar esos mundos de letras y de lecturas. Un besito contento.
Realmente ha sido un disfrute leerte amigo, abrazo Fiaris
Magnífico rato el que se pasa entre dos personas con imaginación dando rienda suelta a su fantasía.
¡Que sería el mundo sin sueños¡
Mejor ni imaginarlo.
Que lindo viaje, en esa compañia y que bien has resuelto este jueves con esta historia que da gusto leer.
Un beso enorme.
Bueno Lao, conseguiste que surcara los mares en tu barco, con la edad de las trenzas y de ilusiones todas improbables, pero en ese momentos tan ciertas...Gracias amigo.
Con los viajes soñados se llega lejos, allí dónde sólo los "especiales" consiguen semillas para cosechar relatos como éste.
Un beso
Escaparte sin escapar y pasar al despierto mundo del ensueño, conversando con un cómplice de historias ilusorias, es una manera de dejar plasmada la pasión, por lo que a uno le gusta.
Buen relato amigo Lao.
Un abrazo :)
Bravo Lao! Saliste muy bien del entuerto, con una narración fantástica, un abrazo!
Me hubiera gustado acompañarte en esa velada con Arturo. Sería un placer escucharos narrar vuestras historias.
En el próximo sueño llévame contigo.
Besos
Tu relato cumple con una de esas fantasías que quienes gustamos de la lectura solemos tener: meternos en el libro y salirnos de él con su autor, para amenizar con un intercambio enriquecedor de apreciaciones e intereses. Podría hasta decirte: qué bien se la han pasado! porque fuiste extremadamente convincente al contarlo. Me voy creyendo que todo lo que cuentas, lo has vivido en verdad.
Besos!
Gaby*
A veces hay que dar rienda suelta a esos instantes de complicidad en los que la fantasía se hace protagonista... Surcar mares es siempre una buena propuesta.
Besos!!
De las 35 mesas, te has sentado en la que, por naturaleza propia, era la que mejor representaba este homenaje. Porque ¿qué es si no el inicio de'La Carta Esférica' si no un homenaje a 'Mobi Dyck' y a ese 'llamadme Ismael'?
El resultado: un original, onírico y colosal relato, mi querido Lao. Así que yo estoy encantada de haberte metido en este monumental lío o aventura o viaje o ilusión o alucinación... la definición es lo de menos.
PD.: ¡How! ¡How! ¡How! ¡La botella de ron! ;)
Qué bueno es encontrar la oportunidad de dejar volar (en este caso navegar) nuestros sueños e imaginación. Si además se tiene la posibilidad de entablar una amena charla con el autor del libro, mucho mejor, y mejor aún si se puede acompañar con unos tragos de ron.
Un beso!
DON LAO:
Qué hermoso cuento. Gusto a mar, gustito salado, refrescante. Vengo de mi pelopincho. Desde hace muchísimo tiempo que quiero dar un paseito en el catamarán que sale del puerto de OLIVOS, me prometí a mi misma, convencerlo a FER de hacerlo hoy, ya que el miércoles 15 cumplimos 20 años de casados por iglesia. La excursión o vueltita de dos horas sale cien pesos, Pero nene, creo que no tengo alma de marinera, porque prefiero el ventilador acá en el living, jaja con los cuarenta grados. ¿Leiste de chico EL VIEJO Y EL MAR de HEMINGWAY?, tengo una edición re vieja, y otra de MOBIDICk. Me emociona la gente que viaja en barcos, cruceros y submarinos pero me da miedo, solo me gustan los alíscafos, catamaranes, cacciolas y buquebuses, lo más lejos ...hasta COLONIA. Me diste ganas de viajar de nuevo. Hace unos meses soñé algo parecido a la escena que descriste, Yo estaba en una ciudad portuaria bellísima, como de juguete y medieval, no sé si existe, era en EUROPA. No sé si sería un recuerdo borroso de PALMA DE MALLORCA, un logar soñado, hace 32 años que fuí. Nene, ¡qué ganas de pasear en barquito', un beso y que tengan una tarde fresquita aunque sea a la sombrita de los árboles, besos para ADELA, para todos tus hijos y nietos.
Que no falte la imaginación jamás,tu hoy has derrochado fantasia e imaginación, bravo.
Besos.
Sabes qué Lao? Os vi. Navegaba por allí cerca. La emoción que sentí, pero, fue menos intensa de la que siento ahora al leerte.
Levanto mi vaso de ron por los viejos marinos y por las cartas de navegación que publican. Salud!
Un abrazo.
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