PASO DEL TIEMPO

La Ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, de la República Argentina.
Suelen llamar como la "ciudad de las diagonales", porque, dentro de un perfecto diseño; podés cruzarla desde un lado hacia el otro, recorriendo sus varias arterias oblicuas que acortan caminos.
Sus avenidas, plazas, arboledas y edificios, la hacen muy pintoresca y atractiva. Posee todos los recursos a los que se puede aspirar dentro de los distintos aspectos, legales, sanitarios, educacionales, administrativos, etc. Cuenta con muchos paseos y lugares de diversión, restaurantes y alojamientos para todos los gustos.Al mismo tiempo, no puedo omitir la cantidad de cines, teatros, museos, espectáculos musicales y muchas otras.
Le dicen también la "ciudad de los tilos", porque hay abundancia de estos árboles con su penetrante y agradable perfume, además del colorido violeta de los jacarandáes y otras variadas especies. Esto la hace interesante para distintas aves que acuden a armar sus nidos y establecerse en ella.

Antes de que naciera, mi abuelo paterno publicó una nota periodística en la hablaba de "La Plata, la ciudad de las bicicletas". Es que por aquel entonces se había superpoblado de bicinautas. Eran los tiempos en que se les exigía que esos vehiculos llevasen patente numerada.

Cuando era un chiquito, estaban los hermosos tranvías y los pintorescos mateos, éstos, para quien no lo sabe, eran carruajes elegantes arrastrados por caballos; donde se trasladaban turistas o gente adinerada.

Pero con el tiempo progresó el progreso progresivamente. Y así, a los progresazos
los edificios fueron tapando gran parte del cielo; y las antigüas y hermosas construcciones son reemplazadas en su gran parte, o en algunos casos, pintados sus frentes de colorinche, para poner algún comercio de comidas, bebidas, o algún otro rubro de la modernidad.
Los automóviles febrilmente fueron desplazando tranvías, mateos y tantas cosas.
La gente camina por el centro cada vez mas ligero y especialmente los fines de semana se agolpan en los restaurantes, cines y lugares de diversión; pero ya no es con la tranquilidad de antes. A la madrugada de estos días se ven a los jóvenes principalmente, deambular medio mamados o quedarse sentados en alguna vereda, casi dormidos.

Lo reconozco, sigue y seguirá siendo una ciudad atractiva. Pero hay un niñito en mi, que extraña la época de los lustradores de zapatos, los lecheros, canillitas, y tantas cosas que traen nostalgia....