Mientras cocino el guiso bien caserito que estoy preparando para esta noche; un rico "guizardo" como se dice en lunfardo, que es el lenguaje nuestro popular en la ciudad de Buenos Aires. Voy pensando y sentándome de a ratitos junto al papel para escribirles esta linda historia.
Mi esposa Adela tenía cuarenta y un años entonces y como decimos jugando entre nosotros... "con toda premeditación y alevosía" concebimos muy convencidos al último eslabón de la cadena, nuestro séptimo hijo, el que hoy tiene dieciocho años y buenas perspectivas de triunfador.
Durante el embarazo, coincidió que ella estaba estudiando para Martillero Público, profesión por la que en nuestro país, te habilita entre otras cosas, para realizar la intermediación en la venta de bienes inmuebles.
Cuando faltaban poquitos dias para el parto, se presentó para dar el examen final, ante uno de los Tribunales de Alzada correspondientes a la Provincia de Buenos Aires. Era colegiado y compuesto entonces por tres jueces de gesto severo y adusto.Y porque negarlo, tenían una concepción que viene de los ancestros, acentuadamente machista.
Estaba entonces en juego su dignidad. Además de la importancia de saber y estar muy preparada en todos los aspectos legales y administrativos que implican el ejercicio correcto de dicha función. Para lo cual ella estaba en buena forma ya que es muy exigente consigo misma.
ENTONCES, UNA MUJER A PUNTO DE DAR A LUZ se presentaba ante la mesa examinadora con las características relatadas.
De los jueces, el de fama mas severa era el presidente; el cual al acercarse ella a la mesa examinadora, dijo con bastante ironía, al abogado que tenía a uno de sus costados, que se ocupase de hacerle las preguntas del caso, porque "no quería ser responsable de producir un adelantamiento en el parto de la señora". Ante ello, de forma respetuosa y amable,ella respondió "que no se hiciera problema en ese aspecto, porque estaba en fecha". Por ese mismo motivo y no por privilegio, le habían dado lugar entre los primeros examinados; aunque la perjudicaba en cierta manera, ya que les estaba abriendo camino a los alumnos muy asustados que le seguían y que no habían estudiado tanto.
La pasearon por todo el programa y le hicieron las preguntas mas difíciles que pudieron encontrar. Entendamos que no con mala intención, sino que la entendieron en su propósito de poner a salvo su dignidad.
Aprobó con honores y muy buena calificación. Se sumó la felicitación del mismo presidente del Juzgado, quien le expresó deseos de un buen alumbramiento, el que se produjo a los cuatro días.
A este hijo le abrieron camino sus hermanos y salió "como tiro" del útero de su mamá, quien aportó su gran tenacidad.
viernes, 30 de julio de 2010
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13 comentarios:
Admirable la fuerza de voluntad de esa mujer....
Aguante Adela!
Muy bien relatado Lao ésto. Me gustó,
Beso
Grande Adela....Uno suele encontrarse con los machistas de siempre, pero qué bueno que la fuerza de la mujer pueda ignorarlos...
Con un hombre como Lao, ser feminista es más fácil.
Vuestras dignidades se fundan en los nietos y nietas.
salud.
Que historia increíble! Felicidades por tener una esposa tan "cabeza dura", un ejemplo de enfrentar todas, absolutamente todas, las adversidades, de saber decir "sigamos" cuando los demás dicen "va a ser mejor que hagamos esto después". Te felicito!
Saludos :)
Felicitaciones por la maravillosa esposa que tienes. Tu entrada me gustó muchísimo lindo el relato.
Con muchísimo cariño para ti y tu linda familia desde San Isidro.-Perú.
María del Carmen.
p.d. El comentario anterior salió mal por corte en el sistema, mil disculpas.
Gracias Romina E.- Caro Pé- Gla - belijerez- Vaeneria.- Por susu lindos comentarios, los he leido bien uno por uno.-
Hola Lao:
Me encanta la admiración que prodigas a tu mujer, semejante a la que yo profeso a la mía.
Un abrazo.
esteban lob. Muchas grcias, me alegro que sea así. Un abrazo
Si no fuera, que los usos mediáticos inadecuados del lenguaje, han hecho que ciertas frases signifiquen otra cosas, podría decirse que el tuyo, como el mio, son matrimonios igualitarios.
Matrimonios en los cuales ninguno de los miembros está subordinado al otro, sino que es una unión, de dos personas que sabiendose distintas deciden reconocer al otro como un igual, casi sin ser conscientes de ello de ello y simplemente por que es lo natural. Sin ningún "ismo" solo una mujer y un hombre.
saludos
D.I.E.G.O. Muchas gracias por tu aporte. Porque somos de naturaleza diferente hombre y mujer, hacemos una IGUALDAD, nos complementamos y crecemos juntos.Muchos saludos.
Gracias María del Carmen. Se muy bien que nos entendes. Cariños para tu familia.
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