lunes, 2 de junio de 2014

MAGIA (palabras de Sindel)

















breve relato real














Desde muy chiquito la MAGIA me conquistó. Fui entendiendo que lo que atrapa a un niño, no es el truco, sino el encanto misterioso que lo rodea. La sugestión y la simpleza de creerlo.

Ya hubo desde muy pequeño, alguien que me parecía muy mayor, que me atrapó con el truco de desaparecer la moneda, era un amigo de la familia que se llamaba Alberto, ignoraba que aquello iría a ser la primera chispa.



 Con el tiempo, a los trece años, me ofrecieron en el colegio, la posibilidad de que los días sábado pudiera hacer un curso gratuito con un MAGO, quien supo conquistarnos y hacernos volar por una dimensión fantástica, enseñándonos unos cuántos secretos, los que fui incorporando uno a uno como ávida esponja reseca. Nos hizo entender la diferencia entre la prestidigitación (arte de ambientar con actitudes ,  gestos, movimientos de las manos y el buen uso de la palabra) y la mecánica de los trucos,  los implementos necesarios, como fabricarlos etc.



Después de bastante tiempo, decidí interrumpir ese curso por limitaciones económicas. No les dije nada a mis padres que me preocupaban los gastos extras que implicaban el pasaje de ida y vuelta y los sencillos elementos que necesitaba para continuar. Era demasiado serio, introvertido o tal vez tímido como para decírselos. Ellos nunca se enteraron de ese asunto y tampoco se les ocurrió preguntarme.



Pero ya era tarde como para que la MAGIA se borrara de mi espíritu; ya me quedó instalada junto a su sabor y sencillo disfrute  para toda la vida. Frecuentemente cuando conozco a un niño, gano su corazón, haciéndole algún truquito, especialmente EL DE LA MONEDA, cuya chispa inicial me la diera aquél Alberto que les dije al comienzo.

Para aderezar este relato, llevo en los sabores de mis recuerdos, el hecho de aquella vez que a los catorce años, hice de mago en una fiesta de cumpleaños en la casa de una chica vecina, deslizándose algún coqueteo al desarrollar orgullosamente ese papel de MAGO. 

                          Gracias por leer


                                     Lao Paunero   

20 comentarios:

Tracy dijo...

una bonita manera de tomar contacto con la magia.

Patricia dijo...

Todos soñamos algún día, con hacer magia. Tú has logrado pasar por esa experiencia y te agradecemos que la compartas.
Un tierno relato!!!
Cariños…

Sofya dijo...

Mágico, LAO, tu relato es mágico...

Abrazos!

Ester dijo...

La magia percibida por un niño y que deja una huella que ya vemos que es duradera. Me has contagiado tu aprecio por la magia. Un abrazo

Sindel Avefénix dijo...

Que lindo eso de hacer magia, de poder sorprender a un niño con ese truco, y ver sus ojitos inocentes.
Te felicito por ese don, aunque no hayas podido terminar el curso estoy segura que algo hay dentro tuyo que tiene tinte para la magia.
Un abrazo.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Lindos recuerdos!...y qué entrañable esa anécdota de amenizar cumples como mago, mezclando a la vez intentos con otro tipo de "magia"
=)

Pluma Roja dijo...

Es cierto, todos de niños nos emocionamos con la magia.

Lindo relato.

Saludos Lao.

Fiaris dijo...

Hace rato deje de ser niña,pero la magia para mi no ha perdido su encanto,cariños

Montserrat Sala dijo...

HoLa Lao: no te imagino como mago. pero debe de ser verdad, cuando hasta los niños se lo creen...
Saludos muy magicos.

maria cristina dijo...

Bueno Lao, ya se ve cómo la conquistaste a Adela, hermosa historia de un alma generosa, un abrazo!

Jenofonte dijo...

¿Y por qué nunca retomaste lo de la magia?
¿Por alguno de esos motivos adultos, "no tuve tiempo", "de qué me habría servido", "si ya no me gustaba"?

yessykan dijo...

Es impresionante cuando las neuronas se conectan con un recuerdo, recreando el mismo estado que experimentó en el momento original, con todas las implicaciones que con lleva. Un recuerdo muy apreciado y mágico de tu infancia. Fue un gusto leerte.
Saludos

Pensando en Haiku, Karin Rosenkranz dijo...

una historia llena de magia...

Ilesin dijo...

Encendieron la chispa de la magia y también el saber hacer en la vida que a veces también requiere de buenas dosis de magia.
Besos

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Que bonito los recuerdos de niños. La magia hace mucha ilusión. Te lo crees todo y disfrutas viendo a aquel que de verdad crees un mago.
Un abrazo

viejokike dijo...

Me sorprendiste Lao. Es cierto, alguna vez cuando era niño, me regalaron uno de esos juegos de magia.Que lindo recuerdo.

fany sinrimas dijo...

Lao, como siempre, nos dejas un entrañable relato sobre tus vivencias con la magia.La capacidad de asombro e ilusión de los niños es maravillosa y, aunque más tarde se sepa que hay truco, se sigue disfrutando de la habilidad para esconderlo.

Un afectuoso saludo.

P MPilaR dijo...

como una magia auténtica ya el relato, Lao.
existe magia siempre que exista un ser que convierta mágico todas sus acciones.
A ti innegablemente te cupo esa virtud.
Qué entrañable relato, Lao.

un abrazo

Anónimo dijo...

Al igual que a tí, la magia me atrapa y me engancha. Pero nunca sentí la necesidad de adentrarme más allá de la sorpresa y el asombro que me produce.Bonitos recuerdos, Lao. NO es mala aplicación de la magia la de despertar la curiosidad y el asombro de los niños.
Un abrazo.

Gaby* dijo...

De chica recuerdo, que me regalaron un juego de magia, andaba como perro con dos colas, tratando de asombrar a quien pudiera. La magia, sin dudas, ejerce gran atracción y nos convierte un poco en magos de niños, y luego, magos en la vida _con lo que pueda hacerse para que los sueños se cumplan.
Preciosa tu historia llena de lindos recuerdos.
Besos!
Gaby*