Cuando era bastante chico, me encargaba de juntar las botellas vacías, acomodarlas ordenadamente en un lugar del fondo de la casa; al lado de otras cosas en desuso que pudieran servirme para el mismo fin.
Esperaba con bastante ansiedad a que pasara el carro del botellero, que recorría las calles y gritaba fuerte algo así como ¡tiyero! ¡tiyero!.......¡compro botellas, ropa vieja, fierros , diarios!....
Al escucharlo, iba corriendo y lo llamaba. Entonces este personaje, entraba hasta el fondo de la casa -no habían temores, ni inseguridades en aquellos tiempos- y, en bolsas de arpillera de las de antes, juntaba y contaba las cosas que le interesaban.
Yo me quedaba contento con unas cuantas monedas en los bolsillos preparado para volver a juntar tal mercancía.
Y el, entonces se iba tranquilo en su carro con caballo...gritando....¡tiyero!...¡tiyero!...continuando con su negocio en otras casas vecinas.
24 comentarios:
amigo leerte siempre es agradable. te dejo un beso
Lao, yo me acuerdo de los sábados por la tarde, a la hora de la siesta pasaba el carro de la panificación, qué olorcito, los chicos nos quedábamos con ganas de comprarle tantas cosas, pero nuestros padres sólo compraban lo que podían. Al final nos conformábamos y comíamos ese pan como si fuera un manjar de los dioses.
Yo cuando tenía entre 10 y 12 años recogía cartones, pan duro, botelas y los vendía, eran mis ahorros para ir de excursión con el cole. Que bonito todo aquello, el esfuerzo, la cooperación...gracias por recordarmelo.
Salud.
Hola! Quería pedirte que te des una vueltita por mi blog!Un beso grande
¡tiyero!...¡tiyero!. lindo lo que contás, y cómo lo contás.
Lao, me encantó esta reminiscencia tuya, especialmente donde contás que este interesante personaje,propio de otros tiempos y vivires (palabra propia)entraba en tu casa como si nada, con total confianza, de ambas partes. ¡Que curioso que ahora nos llame tanto la atención este echo, tan normal anteriormente! Ahora hasta se ponen cámaras de seguridad para ver si dejamos entrar a quien toque el timbre, y ni hablar de las apariencias, que si nos parece, sólo parece, sospechoso, ni abrimos la puerta. Me hubiera gustado que mi vida transcurra entre esas épocas de tranquilidad y seguridad, no sólo mi infancia. Por fortuna la escritura me protege de mi misma.
Gracias por este recuerdo.
Saludos :)
Me encanta saber estas cosas. En el pueblecito de mi padre, en Teruel, aún quedan pueblos de alta montaña en los que vienen a vender con una furgoneta el pan, fruta, cada día de la semana viene uno. Bueno el pan 3 veces a la semana. Gracias por compartir aquel recuerdo de ilusión.
Un abrazo
DON LAO
Era una época de mucho reciclaje, ojalá volvamos a esa época, no por pobreza sino por preservación
da pena ver tantas botellas tiradas de plástico (yo junto las tapitas y hago artesanias lindas con ellas, y además se las doy al hospital de niños) pero
también me apena
seguir viendo caballitos de tiro
que llevan los cartoneros, desnutridos, lastimasdos y explotados, mueren de cansancio
te invito al blog de
el calvario de los caballos de tiro de laura
pasá alguna vez, es de LA PLATA, y junta firmas para que no los exploten más
bueno, bellas infancias de otras épocas ya soñadas
hermoso relato LAO
Te dejo un cariño por aquí también!
Un abrazo desde Buenos Aires
Despiertas las nostalgias, amigo lao.
Aquí les llamábamos "drapaire" que significaba "trapero" pero en realidad compraba botellas, trapos, papeles y cualquier quincalla.
También pasaban con su carro gritando ¡paire!¡paire!
Como ves, creo que en sentimientos y costumbres, no somos apenas distintos.
Un abrazo
Aquí le dejo un regalito, amigo Lao, espero que le guste:
A lo que el señor Lao llama
narraciones ordinarias,
yo las leo con estima,
y las creo necesarias
porque en saber, no escatima.
Un abrazo :D
geminis. Muchísimas gracias por leer. Un beso
maría cristina. mmmm ¡que rico! ¡que lindo recuerdo! Muchos saludos.
belijerez. Veo que hay recuerdos parecidos...¡Que bueno eso! Un abrazo!
Gla. Gracias, ya estuve por tus pagos
Caro Pé. Gracias por esto! Un beso
Vaeneria. Muchas gracias, me alegro mucho que te haya gustado tanto. Pensar que es tan real. Un saludo afectuoso.
Neus. Muchas gracias... Muy lindo lo de tu papá. Un beso.
magu. Gracias, es cierto, se reciclaba casi todo. Hoy se está tomando conciencia. Yo tuve escuela y nunca lo olvidé. Muchos cariños.
Susana Inés Nicolini. Yo también a vos, un gran gusto.
Franki. Muchas gracias por compartir lo tuyo. "estamos a la vuelta de la esquina". Un abrazo-
Neus. Muchas gracias por ésto, me llega muy hondo. Un beso.
Hola Lao:
Son recuerdos que se entrelazan con los de mi propia infancia, época en que un vendedor a domicilio traía a casa cada día una barra de hielo, en época anterior a los primeros refrigeradores.Y pasaban "arreando" pavos para la venta.
Hablo de los años 40.
Un abrazo.
esteban lob. Muchas gracias por lo que contás, me alegra compartir con vos este tipo de recuerdo. Un abrazo
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