Cuando llegamos al Uruguay, en mi primera vez, era muy chiquito, no puedo precisar la edad. Había en el Puerto de Montevideo, un montón de familiares, realmente una cantidad muy grande, por lo menos para la vista de un niño de ese tamaño, abuelos, tíos,primos, y aún mas. Ovacionaban alegremente ante nuestra venida y portaban un gran cartel con una palabra escrita, para mi, hasta entonces desconocida, "WELCOME". Ante el primer impacto, me preguntaba, ¿y eso con que se come?. Luego entendí. Pero claro, me preguntaba desde mi corto entender, porqué era que nos recibían con esa palabra.
También de este lado del Río de La Plata, se incorporaban costumbres análogas. Por ejemplo a mi abuela paterna le encantaba contarnos cuentos ingleses y anécdotas referidas a su visita a Londres. La adrenalina le circulaba con mayor intensidad, cada vez que lo hacía, eso se percibía por su entusiasmo. Y cada vez que festejábamos un cumpleaños, al soplar las velitas de la torta, cantaba con todas sus ganas "HAPPY BIRTHAY TO YOU" y continuaba la canción en el mismo lenguaje.
Y yo -siempre el mismo- me preguntaba...¿porqué en inglés?
Desde la escuela se nos hablaba con gran importancia de todo lo concerniente a Inglaterra, ese gran país hábilmente colonizador y comercializador para su propio bolsillo. Pero también le daban las maestras el mismo tenor a cuando los Criollos y los no tan criollos, repelimos a las dos invasiones inglesas (¿?), eso afianzaba nuestra autoestima.
¿Las Islas Malvinas son de los Kelpers? ¿Y muchas grandes extensiones de tierra dentro del mismísimo país?
Después fui creciendo e iba observando la proliferación de los "okeyes", trátase de aquellos personajes que progresivamente fueron incorporando la costumbre de utilizar la expresión O K , que luego, como era previsible, se fue internacionalizando.
Siendo joven leía en una revista seria, como era que un grupo de Mormones repartía anticonceptivos entre los aborígenes del norte argentino. Hoy hay de sus templos a lo largo de todo el país.En realidad no tienen nada que ver con nuestra idiosincracia.
Los adolescentes incorporaban por entonces la costumbre de usar pantalones jeens, conocidos como vaqueros, buenísimos por cierto. Y los gastaban con piedra pómez para darles un toque de elegante rusticidad y arrastraban los pies para cancherear e identificarse entre si, no se sabe bien con quien o con quienes. Torcían la boca al hablar y mascaban chiclets. Yo también tenía la misma edad que ellos, pero debo confesar que estaba en conflicto con esas costumbres. Lo que sí me gustaba era bailar en el club o en las casas de familia cuando se armaba un encuentro. Era mas bien de corte romántico musiquero bailantero. Aunque no me hallaba muy cómodo con las bandas de música que nacieron en esa época, donde se incorporó la guitarra eléctrica y la batería porque hacían mucho ruido. No voy a negar que aparecieron muchos improvisados, que no entendían nada de esa música recién importada. Hoy, ya es otra cosa, o por lo menos va mejorando velozmente.
Vino entonces un tiempo de especie de amague de neoindependencia y se comenzaron a realizar reuniones de jóvenes, en las que se realizaban fogones, se tocaba el bombo y la guitarra, se cantaban zambas criollas no tan bien entonadas, y se tomaba mate en ronda. Lo que en realidad hizo que ahí se fuera instalando éste último, en un nivel de clase media y reemplazando en muchos casos, la costumbre importada de reunirse a tomar el té en alguna casa. Infusión que por cierto, es para mi gusto, deliciosa. A pesar de que desde hace años me acostumbré a la yerba mate, el te me sigue agradando y de vez en cuando lo disfruto.
En realidad, objetivamente hablando, el idioma inglés, sigue pataleando por imponerse cada vez que tiene ocasión. A mí particularmente me encanta mi propio lenguaje y al Castellano lo considero inmensamente rico.En realidad, para no extenderme, hay otras lenguas que me apasionan por su riqueza,musicalidad y expresividad, que no viene al caso enumerar en esta oportunidad.
Creo seriamente, o espero que lo mas importante sea ser nosotros mismos con nuestro idioma y costumbres propias. Y que a presión, espero al menos, no lograrán invadirnos idiomáticamente.
La globalización y la convivencia de tantas riquezas idiomáticas; y, el hecho de intercambiar y conocernos con respeto, dará irreversiblemente grandes resultados . Resaltar los valores de unos y otros, es una maravillosa manera de crecer. La imposición de costumbres y la comercialización manipulada siempre genera violencia. La PAZ la deseamos todas las personas normales. Todos somos importantes.
2 comentarios:
Hagamos la revolución pacifista del ESPERANTO como idioma universal
yo puedo los lunes a la tarde para empezarla
dale
escribamos a tods nuestros amigos mails, curriculum vitaes, pancartas, publicaciones en los diarios, todos en esperanto ¿pasará algo?, jajajaja
me negué toda mi vida a aprender inglés, pues pensé que siempre tendría a mano alguna amiga que me tradujese algo en caso de precisarlo, ya que todo el mundo lo estudia, y para mi LAO, estudirar algo que saben tdoso me parece perder el tiempo. Me aburre el inglés, me gusta el francés, y eso que si te fijás pro mi apellido, mi bisabuelo era inglés.
No hay que perder nuestra lengua, digamos RATÓN en vez de mauss, jajaja
bue, te hago un chiste, ya que estamos influídos hasta en la sopa
mirá EL DISCURSO DEL REY, dentro de todo me pareció tierna
bueno
DON LAO
good bye, jajajaja, mejor HASTA PRONTO
magu. Gracias por tu aporte. A esa película la fuimos a ver y nos gustó mucho.muchos saludos.
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