Los chicos corríamos contentos. Mojábamos a las chicas pero no había violencia.
A la noche era el corso. Desde una vereda hacia la otra, los grandes y los chicos nos tirábamos bombitas de agua; nos reíamos y, era muy raro que alguien se peleara.
Por la calle principal, desfilaba la comparsa del pueblo y la del pueblo vecino. Era todo muy alegre y no se observaban desencuentros. Un juzgado de la región evaluaría cual había sido la mejor.
Desfilaban mascaritas y muñecos de toda índole. No habían peleas.
En los dos clubes mas conocidos de allí, se organizaban bailes de carnaval a los que concurrían las familias enteras. Allí se coqueteaba un poco y te divertías mucho . Las chicas esperaban sentadas en una silla y vos te tenías que animar a "sacarlas a bailar", y te destacabas según quien fuera la que te aceptara, entonces canchereabas. No pasaba de eso y todo era muy sano y alegre.Los chiquitos corrían muy contentos de un lado para otro, "termoindicadores" de lo sano del ambiente. Se tiraba papel picado y volaban serpentinas. Se elegía la reina del corso!!
Era una fiesta que duraba varios días. Por las calles, toda la gente se saludaba alegre y amistosamente.
En algunas casas se hacían malones o bailes de disfraces, lo que también era muy divertido, aunque mas discriminado, hay que reconocerlo. Aunque uno no lo notaba mucho como chiquito, existían algunas elítes.
Tambien en aquellos entonces, si te llegabas a pelear con alguno en la escuela, te desafiaba diciendo "te espero a la salida". Tu honor estaba en juego, era algo así como una analogía con el duelo de los adultos. Al salir se armaba una rueda de pibes alrededor tuyo y del rival. Te veías obligado. Volaban algunas piñas, pero solamente eso. Duraba hasta que algun mayor, que podía ser de la escuela o algún cualquier otro padre o vecino, te hacia separar e interrumpía la pelea. No pasaba de eso. Desde el día siguiente, te volvías a saludar como si nada.
Muchos años despues, tal vez mas o menos de veinte a treinta. La cosa empezó a cambiar en muchos aspectos. Se notaba violencia en las calles. Por ejemplo,por cualquier cosita la gente se bajaba del auto y se peleaba. Tambien adentro de las familias. Muchas cosas sucedieron a la vista del buen observador . Pilas de estudios se han hecho y se continúan haciendo creo.
Cuando uno de mis hijos tenía unos nueve años. Lo fui a buscar a la escuela y lo vi llorando y hablando con él a dos maestras. Se las veía muy agitadas. Pregunté entonces que era lo que pasaba. El relato de las mismas fue que le habían pegado y que le estaban indicando que tenía que aprender a pelear y con ello incluido, saber defenderse. Poniéndome junto a mi hijo, les dije a las maestras que él estaba actuando en consecuencia a lo que yo mismo le había inculcado; de lo cual estaba profundamente convencido y fundamentado y por lo tanto, orgulloso y conforme con él. Que mis enseñanzas precisamente están dirigidas a no ser violento.
Hoy precisamente, la cosa es mucho mas pesada y la gente está aprendiendo a dominar sus reacciones en la calle por necesidad; ya que se han dado cuenta de que la impulsividad, la intolerancia, etcéteras, se terminan volviendo contra uno mismo.
Pero aun asi anda cada loco suelto que nunca se sabe.......
sábado, 12 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Comparto absolutamente.
La no violencia no es sólo un ideal. Es necesaria también del punto de vista pragmático.
El espiral de violencia solo trae destrucción y dolor. A la larga no es ni negocio.
pero la lógcia está invertida. El ser humano se ciega con la violencia, vé al solución facil, y son milenios de institucioanlizarla y tenerla impregnada en todo el engranaje social.
En ese escenario, desgraciadamente hay que defebederse como uno pueda. Si es con inteligencia mejor que con fuerza.
Ojalá tus hijos trasladen tu elgado a los suyos.
Lindo recuerdo de los corsos. En mi pueblo había, y hace un par de años se revivieron.
Con las guerras de agua sí que habían peleas.
De niño me divertían mucho lso juegos con agua. Hoy directamente no los entiendo. Me voy poniendo viejo
Otro abrazo!
No me gusta la violencia, a mis hijas le he enseñado que hay que hablar, no pegar. Que la violencia genera más vilencia, lo unico que consigues es descargar tu rabia,, pero nada más. Cuando los niños crecen el peligro es más grande, ya usan armas, y el peligro aunmente. Un abrazo
!Qué bellos recuerdos de antaño!, los carnavales en mi juventud fueron como los narras, es una lástima que ahora todo sea violencia, no hay ternura, el mundo ha endurecido y el corazón no actúa, es la lucha por la fuerza.
Fue una hermosa etapa de juventud las que nos tocó vivir.
Cariños,
Mría del Carmen
ojo. Hola te agradezco mucho tu aporte de opinión y lindos recuerdos. Tenés razón que defenderse
con inteligencia es mucho mas eficaz y que es dificil desprenderse de la ancestral violencia. Creo que mis hijos han recibido bastante por suerte. Te estás poniendo sabio, no viejo. Un abrazo!
Lembranza. Muchas gracias por aportar tu experiencia. Qué bueno tus enseñanzas. Es cierto que no ganamos nada con descargar la ira en los demás, ésto aumenta la hostilidad
creo. Lo tremendo de las armas es que brindan una seguridad ficticia y aumentan la sociedad de los miedos.
Un abrazo!
María del Carmen. Gracias por tu venida. Me alegro que compartamos ese denominador común histórico. Muchos saludos.
Gracias por haberno criado así! es nuestra forma de cambiar el mundo
Magui. Muchas gracias a vos!!
Lao, yo, que tengo 25 años puedo dar fe que es verdad que antes la gente disfrutaba más de la vida. Podían ser las 9 de la noche y nosotros jugando en calle los más tranquilos. Ahora a esa hora no se aconseja estar fuera de casa porque es inseguro. También me acuerdo de las eternas batallas de bombitas en carnaval, desde cinco días antes de la fecha y hasta un mes después, y después de que empapaban todos nos matábamos de risa lo más felices. Ahora si llegás a tirar una bombita, aunque sea por chiste, te dicen de todo menos lindo.
Que lástima que la sociedad haya "involucionado" de esa forma.
Pero yo tengo fe que siendo sincero y amable se puede al menos arrancar una sonrisa a un desconocido.
Y eso, eso es invaluable.
Saludos :)
Vaeneria. Gracias y me alegra que compartas ésto. Tambien pienso que "arrancar una sonrisa" de alguien es un gran logro. Muchos saludos.
Publicar un comentario