sábado, 21 de abril de 2012

ALGO PARA CONTAR

Tal vez guardarme ésto solamente para mi, sería un desperdicio, o por lo menos aprovechado parcialmente. Pero el hecho concreto es que mis hijos se llevan bien entre si. Y ello sucede básicamente a partir de cultivar las diferencias por un lado, las historias comunes por el otro y, en tercer lugar encontrar las similitudes y haberlas cultivado.


Como a mucha gente suele sucederle cosas parecidas, a nosotros nos falleció un hijo en un accidente hace ya varios años, a pesar de que todo parece ayer y continuará presente en nuestras vidas. El tenía  veinticuatro años entonces, se encontraba desde hacía un tiempo en otro país buscando otros rumbos.Nos comunicábamos como y todo lo que podíamos, y por suerte nos llevábamos bien.  Ocurrió cuando iba siendo transportado en una camioneta para trabajar. No quiero ni puedo contar detalles y cosas terribles que tuvimos que vivir a partir de entonces.


Como a cualquier hijo de vecino me preguntaba "porqué  tuvo que tocarme ésto" pero mi actitud en realidad fue reflexiva y pensaba sobre todo en el lugar de mi esposa y de cada uno de sus seis hermanos.Les confieso que me requirió un gran esfuerzo y me agotó las pilas durante bastante tiempo.En realidad son llagas que no cicatrizan , que hay que afrontarlas y convivir con ellas.


Hoy esos hermanos son bastante grandes, ya que el menor tiene veinte años. Son todos creativos y positivos abriéndose camino por la vida y cada uno carga sus diversas cosas y tiene su particular temperamento , los unen muchas vivencias, entre ellas la que les conté y una sumatoria de hechos de cal y de arena. Resulta ser que el saldo siempre es favorable y noto que la unión es cada vez mayor entre ellos y con nosotros, compartiendo entre otras cosas, también la música, los recitales de sus composiciones individuales o en conjunto, a la mayoría de los cuales participamos Adela y yo,  termine a la hora que termine.


Hay un factor ene, intangible e indefinible, pero la vida nos va templando como al metal el fuego y lo seguirá haciendo. 


Al dolor uno le escapa, sería un paranoico si lo buscara. Pero Dios sabe porqué nos manda los acontecimientos. Agarrémonos fuerte de los momentos felices y disfrutemos intensamente que son hermosos regalos que nos da la vida. Asimismo, con conciencia de que son irrepetibles.


Muchas gracias por leer.